«La plenitud humana consiste en darse», Fray Marcos

Religión Digital

Lc 9, 11-17

Es muy difícil no caer en la tentación de decir sobre la eucaristía lo políticamente correcto y dispensarnos de un verdadero análisis del sacramento más importante de nuestra fe. Son tantos los aspectos que habría que analizar, y tantas las desviaciones que hay que corregir, que solo el tener que planteármelo, me asusta. Hemos tergiversado hasta tal punto el mensaje original del evangelio que lo hemos convertido en algo totalmente ineficaz para llevarnos a una verdadera vida espiritual. Para recuperar el sacramento debemos volver a la tradición. Lo malo es que para algunos acaba en Trento.

Lo último que se le hubiera ocurrido a Jesús es pedir que los demás seres humanos se pusieran de rodillas ante él. Él sí se arrodilló ante sus discípulos para lavarles los pies; y al terminar esa tarea de esclavos les dijo: “vosotros me llamáis el Maestro y el Señor. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, vosotros tenéis que hacer lo mismo”. Esa lección nunca nos ha interesado. Es más cómodo convertirle en objeto de adoración que imitarle en el servicio y la disponibilidad para con todos los hombres.

Hemos convertido la eucaristía en un rito puramente cultual. En la mayoría de los casos no es más que una pesada obligación que, si pudiéramos, nos quitaríamos de encima. Se ha convertido en una ceremonia rutinaria, que demuestra la falta absoluta de convicción y compromiso. La eucaristía era para las primeras comunidades el acto más subversivo que nos podamos imaginar. Los cristianos que la celebraban se sentían comprometidos a vivir lo que el sacramento significaba. Eran conscientes de que recordaban lo que Jesús había sido durante su vida y se comprometían a vivir como él vivió.

El mayor problema de este sacramento hoy es que se ha desorbitado la importancia de aspectos secundarios (sacrificio, presencia, adoración) y se ha olvidado totalmente la esencia de la eucaristía, que es precisamente su aspecto sacramental. Con la palabreja “transustanciación” no decimos nada, porque la “sustancia” aristotélica es solo un concepto que no tiene correspondencia alguna en la realidad física. La eucaristía es un sacramento. Los sacramentos ni son ritos mágicos ni son milagros. Los sacramentos son la unión de un signo con una realidad significada.

El signo.- Lo que es un signo lo sabemos muy bien, porque toda la capacidad de comunicación que los seres humanos hemos desplegado se realiza a través de signos. Todas las formas de lenguaje no son más que una intrincada maraña de signos. Con esta estratagema hacemos presentes mentalmente las realidades que no están al alcance de nuestros sentidos. Ahora bien, todos los sonidos, todos los gestos, todos los grafismos que sirven para comunicarnos son convencionales, no se pueden inventar a capricho. Si me invento un signo que no dice nada a los demás, será solo un garabato.

El primer signo es el Pan partido y preparado para ser comido, es el signo de lo que fue Jesús toda su vida. La clave del signo no está en el pan como cosa, sino en el hecho de que está partido. El pan se parte para re-partirlo y comerlo, es decir, el signo está en la disponibilidad de poder ser comido de inmediato. Jesús estuvo siempre preparado para que todo el que se acercara a él pudiera hacer suyo todo lo que él era. Se dejó partir, se dejó comer, se dejó asimilar; aunque esa actitud tuvo como consecuencia última que fuera aniquilado por los jefes oficiales de su religión. La posibilidad de morir por ser como era fue asumida con la mayor naturalidad. Esto indica la calidad de su actitud vital.

El segundo signo es la sangre derramada. Es muy importante tomar conciencia de que, para los judíos, la sangre era la vida misma. Si no tenemos esto en cuenta, se pierde el significado. Tenían prohibido tomar la sangre de los animales porque, como era la vida, pertenecía solo a Dios. Con esta perspectiva, la sangre está haciendo alusión a la vida de Jesús que estuvo siempre a disposición de los demás. No es la muerte la que nos salva, sino su vida humana que estuvo siempre disponible para todo el que lo necesitaba. El valor sacrificial que se le ha dado al sacramente no pertenece a lo esencial. Se trata de una connotación secundaria que no añade nada al verdadero significado del signo.

La realidad significada.- Se trata de una realidad trascendente que está fuera del alcance de los sentidos. Si queremos hacerla presente, tenemos que utilizar los signos. Por eso tenemos necesidad de los sacramentos. Dios no los necesita, pero nosotros sí porque no tenemos otra manera de acceder a esas realidades. Esas realidades son eternas y no se pueden ni crear ni destruir; ni traer ni llevar; ni poner ni quitar. Están siempre ahí. En lo que fue Jesús durante su vida podemos descubrir esa realidad, la presencia de Dios como don. En el don total de sí mismo descubrimos a Dios que es Don absoluto y eterno.

El primer y principal objetivo al celebrar este sacramento es tomar conciencia de la realidad divina en nosotros. Pero esa toma de conciencia tiene que llevarnos a vivir esa misma realidad como la vivió Jesús. Toda celebración que no alcance, aunque sea mínimamente, este objetivo, se convierte en completamente inútil. Celebrar la eucaristía pensando que me añadirá algo (gracia) automáticamente, sin exigirme la entrega al servicio de los demás, no es más que un autoengaño. Nos hemos conformado con realizar el signo sin tener en cuenta que un signo que no nos lleva a lo significado, es un garabato.

En la eucaristía se concentra todo el mensaje de Jesús, que es el AMOR. El Amor que es Dios manifestado en el don de sí mismo que hizo Jesús durante su vida. Esto soy yo: Don total, Amor total, sin límites. Al comer el pan y beber el vino consagrados, estoy completando el signo. Lo que quiere decir es que hago mía su vida y me comprometo a identificarme con lo que fue e hizo Jesús, y a ser y hacer yo lo mismo. El pan que me da la Vida no es el pan que como, sino el pan en que me convierto cuando me doy. Soy cristiano no cuando “como a Jesús”, sino cuando me dejo comer, como hizo él.

El ser humano no tiene que liberar o salvar su «ego» a partir de ejercicios de piedad que consigan de Dios mayor reconocimiento, sino liberarse del «ego» y tomar conciencia de que todo lo que cree ser es artificial y anecdótico, y que su verdadero ser está en lo que hay de Dios en él. Intentar potenciar el “yo”, aunque sea a través de ejercicios de devoción, es precisamente el camino opuesto al evangelio. Solo cuando hayamos descubierto nuestro verdadero ser descubriremos la falsedad de nuestra religiosidad que solo pretende acrecentar el yo, y no solo aquí y ahora sino para siempre.

La comunión no tiene ningún valor si la desligamos del signo sacramental. El gesto de comer el pan y beber el vino consagrados es el signo de nuestra aceptación de lo que significa el sacramento. Comulgar significa el compromiso de hacer nuestro todo lo que ES Jesús. Significa que, como él, soy capaz de entregar mi vida por los demás, no muriendo sino estando siempre disponible para todo aquél que me pueda necesitar. Es una pena que en estos días en que se celebran tantas primeras comuniones hagamos pensar a los niños que lo importante es comulgar, sin hacerles ver que lo importante es celebrar la eucaristía en la que, por primera vez, van a participar plenamente.

Todas las muestras de respeto hacia las especies consagradas están muy bien. Pero arrodillarse ante el Santísimo y seguir menospreciando o ignorando al prójimo es un sarcasmo. Si en nuestra vida no reflejamos la actitud de Jesús, la celebración de la eucaristía seguirá siendo magia barata para tranquilizar nuestra conciencia. A Jesús hay que descubrirlo en todo aquél que espera algo de nosotros, en todo aquél a quien puedo ayudar a ser él mismo, sabiendo que ésa es la única manera de llegar a ser yo mismo.

 

Meditación-contemplación

La Única Realidad es el Amor (Dios) que está en ti.
Los signos son solo medios para llegar a la realidad significada;
Pero son indispensables para nosotros los humanos.
Lo esencial es descubrir esa Realidadvivirla.
……………………

Si descubro que ese AMOR me identifica con Él,
mi verdadero ser ya no soy yo sino Él.
Mi actuar no será ya mío, sino el de Él.
Solo por ese camino entraré en la dinámica del amor.
………………

En cada eucaristía que celebre
debo sentir dentro de mí lo que se significa en el rito.
Al comulgar, manifiesto y fortalezco la intención
de ser como Jesús, pan que se deja comer.
………………

 

Fray Marcos

 

 

 

 

 

 

 

CORPUS – Textos litúrgicos del Domingo 29 de Mayo de 2016

Génesis 14,18-20

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abran, diciendo: «Bendito sea Abrahán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.» Y Abran le dio un décimo de cada cosa.

 

Salmo responsorial: 109

R/. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» R/.

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R/.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.» R/.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.» R.

 

Corintios 11,23-26

Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

 

Lucas 9, 11b-17

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.»

Él les contestó: «Dadles vosotros de comer.»

Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.» Porque eran unos cinco mil hombres.

Jesús dijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.»

Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

 

 

Hacer memoria de Jesús – Jesusen oroitzapena egin, José A. Pagola

C (Lc 9, 11b-17)
Evangelio del 29/may/2016
por Coordinador Grupos de Jesús

 

JESUSEN OROITZAPENA EGIN

Jesusek ikasleekin egindako Azken Afaria kontatzean, Maisuak berariaz aipatutako gogoa gogoratu ohi zuten lehen kristau-belaunaldiek: «Egizue hau nire oroigarri». Horrela dakarte Lukas ebanjelariak eta jentilen ebanjelizatzaile Paulok.

Bere jatorriaz gero, Jesusen oroitzapena burutzeko ospatu izan dugu kristauek Jaunaren Afaria, gure artean haren presentzia bizia gertaberritu eta harekiko, haren mezuarekiko eta azkeneraino gugatik eman duen biziarekiko geure fedea elikatzeko. Har ditzagun gogoan mezak, gaur eguneko egituran, dituen lau une esanguratsu hauek, barnetik eta elkartean bizitzeko.

Ebanjelioa entzutea, Jesusen oroitzapena burutzen dugu ebanjelioetan haren bizitzako kontakizuna eta mezua entzutean. Ebanjelioak, hain juxtu, Jesusen oroitzapena gordetzeko idatzi dira, ikasleen fedea eta jarraipena janaritzearekin batera.

Ebanjelio-kontakizunean ez dugu doktrinarik ikasiko, baizik, batez ere, Jesusen izateko eta jarduteko era, gure bizitza inspiratu eta moldatu behar duena. Horregatik, ikasle-jarreraz behar dugu entzun, Jesusek bezala pentsatzen, sentitzen, maitatzen eta bizitzen ikasi nahi duten ikaslek bezala.

Afariaren oroitzapena. Jesusen egintza salbatzailearen oroitzapena burutzen dugu haren hitz hauek fedez entzunez: «Hau nire gorputza da. Ikus nazazu ogi-puska hauetan, zuengatik heriotzaraino neure burua ematen… Hau nire odolaren kaliza da. Zuen bekatuak barkatzeko isuri dut. Horrela behar nauzue gogoratu beti. Azkeneraino maite izan zaituztet».

Momentu honetan Jesu Kristoganako geure fedea aitortuko dugu, geure salbamenaren misterioaren sintesia eginez: «Zure heriotza hots egiten dugu, zure piztuera aldarrikatzen. Zatoz, Jesus Jauna». Geure burua Kristo geure Jaunak salbatua dakusagu.

Jesusen otoitza. Jaunartu aurretik, Jesusek irakatsi zigun otoitza egingo dugu. Lehenik eta behin, bere bihotzean zeramatzan hiru desio handiekin bat egingo dugu: Jainkoarekiko errespetu osoa, haren zuzentasun-erreinua etortzea eta haren aitatasun-gogoa betetzea. Ondoren, Aitari eginiko lau eskariekin: ogia guztientzat, barkazioa eta errukia, tentaldia garaitzea eta gaitz orotatik aske izatea.

Jesusekiko komunioa. Behartsu bezala hurbilduko gara, eskua luzatuz: bizi-ogia hartuko dugu; fede-egintza burutuz jaunartuko dugu; isilik, abegi ona egingo diogu Jesusi geure bihotzean eta bizitzan: «Jauna, zurekin bat egin nahi dut, zure urratsei jarraitu, zure espirituak arnasturik bizi eta mundua gizatarrago bihurtzeko zure egitasmoan lankide izan».

 

José Antonio Pagola

Itzultzailea: Dionisio Amundarain

 

C (Lc 9, 11b-17)
Evangelio del 29/may/2016
por Coordinador Grupos de Jesús

HACER MEMORIA DE JESÚS

Al narrar la última Cena de Jesús con sus discípulos, las primeras generaciones cristianas recordaban el deseo expresado de manera solemne por su Maestro: «Haced esto en memoria mía». Así lo recogen el evangelista Lucas y Pablo, el evangelizador de los gentiles. Desde su origen, la Cena del Señor ha sido celebrada por los cristianos para hacer memoria de Jesús, actualizar su presencia viva en medio de nosotros y alimentar nuestra fe en él, en su mensaje y en su vida entregada por nosotros hasta la muerte. Recordemos cuatro momentos significativos en la estructura actual de la misa. Los hemos de vivir desde dentro y en comunidad.

Hacemos memoria de Jesús cuando escuchamos en los evangelios el relato de su vida y su mensaje. Los evangelios han sido escritos, precisamente, para guardar el recuerdo de Jesús alimentando así la fe y el seguimiento de sus discípulos. Del relato evangélico no aprendemos doctrina sino, sobre todo, la manera de ser y de actuar de Jesús, que ha de inspirar y modelar nuestra vida. Por eso, lo hemos de escuchar en actitud de discípulos que quieren aprender a pensar, sentir, amar y vivir como él.

Hacemos memoria de la acción salvadora de Jesús escuchando con fe sus palabras: «Esto es mi cuerpo. Vedme en estos trozos de pan entregándome por vosotros hasta la muerte… Este es el cáliz de mi sangre. La he derramado para el perdón de vuestros pecados. Así me recordaréis siempre. Os he amado hasta el extremo». En este momento confesamos nuestra fe en Jesucristo haciendo una síntesis del misterio de nuestra salvación: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús». Nos sentimos salvados por Cristo, nuestro Señor.

Antes de comulgar, pronunciamos la oración que nos enseñó Jesús. Primero, nos identificamos con los tres grandes deseos que llevaba en su corazón: el respeto absoluto a Dios, la venida de su reino de justicia y el cumplimiento de su voluntad de Padre. Luego, con sus cuatro peticiones al Padre: pan para todos, perdón y misericordia, superación de la tentación y liberación de todo mal.

Nos acercamos como pobres, con la mano tendida; tomamos el Pan de la vida; comulgamos haciendo un acto de fe; acogemos en silencio a Jesús en nuestro corazón y en nuestra vida: «Señor, quiero comulgar contigo, seguir tus pasos, vivir animado con tu espíritu y colaborar en tu proyecto de hacer un mundo más humano».

José Antonio Pagola

 

 

 

Que el proyecto de Francisco tenga resistencias significa que funciona

Entrevista con Antonio Spadaro, sj, director de la Civiltà Cattolica

Digamos que el Papa no es un Papa de actos, sino de procesos. Ama el proceso. Abrir procesos que no tiene por qué terminarlos él mismo necesariamente. Entonces, si un proceso es de verdad una puesta en marcha, no va en contra de las resistencias: el mismo hecho de que haya resistencias quiere decir que el proceso funciona.

Esta resistencia se debe a que cualquier cambio puede ser desestabilizante… Pero esta abundante misericordia de Dios, que es el núcleo profundo del Evangelio, ¡no puede desestabilizar! Eso sólo es porque están más atentos a la estructura y a la certeza que a la libertad del corazón. Leer más

Aumentan los católicos en el mundo

En el mundo hay más católicos, especialmente en África y Asia. Es lo que se desprende de los últimos datos estadísticos de la Iglesia en el mundo hechos públicos por el Vaticano a través del Anuario Pontificio. Los datos corresponden a 2014 aunque incluyen novedades de la vida de la Iglesia desde el 15 de febrero de 2015 al 31 de diciembre del mismo año. En el documento se ofrecen datos sobre el número de católicos en el mundo, los bautizados en cada país, así como con cuántos seminaristas, sacerdotes y religiosos cuenta la Iglesia.

En los últimos nueve años, el número de católicos bautizados en el mundo ha crecido a un ritmo superior (14,1%) al de la población mundial en el mismo periodo (10,8%). En total, en 2014 había cerca de 1.272 millones de católicos, frente a 1.115 millones de 2005.

Europa, con casi el 23% de la comunidad católica mundial en 2014, se confirma como el área menos dinámica, con un crecimiento del número de católicos poco superior al 2%, aunque la presencia de los católicos se estabiliza en torno al 40%. En el caso de Oceanía, los católicos bautizados crecen menos que la población, mientras que sucede lo contrario en América y Asia.

Por otro lado, África confirma la buena salud de la Iglesia en este país, donde el número de bautizados aumenta a ritmo igual a más del doble que los países asiáticos. En América se encuentran casi la mitad de los católicos.

El número de obispos aumentó también de 2005 a 2014 en un 8,2%, pasando de 4.841 a 5.237 y el de seminaristas aumentó de 114.439 hasta los 116.939. Los sacerdotes pasaron de 406.411 a 415.792 en todo el mundo.

 

El Gobierno de Pakistán anuncia que el Papa visitará el país

El Papa visitará Pakistán después de que el ministro de Asuntos religiosos Sardar Yusuf y el de la Marina, Kamran Michael, en representación del Gobierno del país, le hicieran la propuesta al Pontífice y éste la aceptara, según ha informado este miércoles el Ejecutivo de Islamabad en un comunicado de prensa.

De este modo, según el Gobierno de Pakistán, Francisco habría aceptado la invitación oficial para visitar el país, aunque todavía no hay confirmación oficial de parte de la Santa Sede. En nota de prensa, se asegura que «el líder católico ha ofrecido oraciones especiales por nuestra nación y por las víctimas del terrorismo».

 

Racismo en Baviera: un sacerdote negro deja su parroquia alemana por amenazas xenófobas

Lo anunció en la prédica de ayer domingo 6 de marzo, en la parroquia cerca de Múnich que dirige desde 2012: el sacerdote de origen congolés Olivier Ndjimbi-Tschiende, de 66 años, renunció a continuar como párroco de la localidad bávara de Zordening. ¿La razón? El padre Ndjimbi-Tschiende ha recibido cinco amenazas de muerte de motivación racista. Lo ha confirmado un portavoz de archidiócesis de Múnich y Freising, Bernhard Keller, quien ha indicado que el 1 de abril el sacerdote dejará la actual parroquia Sankt Martin y se encargará de otra.

Las amenazas de muerte comenzaron después de que Sylvia Boher, la ex líder local de los socialcristianos bávaros (CSU) –partido ultraconservador hermanado a los democristianos de la CDU (Angela Merkel)–, insultase con un comentario racista al sacerdote, quien luego la denunció públicamente. Según el diario muniqués «Süddeutsche Zeitung», Ndjimbi-Tschiende recibió además amenazas como una tarjeta postal en la que estaba escrito «que te manden a Ausschwitz». El consejo parroquial alineado al sacerdote descalificó las declaraciones de Boher pidiendo a la CSU que sea consecuente con la doctrina cristiana.

 

El número de nuevos sacerdotes aumenta un 28% en 2015, hasta los 150

El número de seminaristas ordenados -nuevos sacerdotes- ha aumentado un 28,2 por ciento en el último año al pasar de 117 en 2014 a los 150 de 2015, según los datos hechos públicos hoy por la Conferencia Episcopal Española (CEE).

En la actualidad, en España hay 1.203 seminaristas menores -en edades adolescentes- y 1.300 seminaristas mayores, que durante este curso estudian filosofía y teología.

En el curso 2015-2016 han ingresado en los seminarios mayores españoles 270 nuevos seminaristas, mientras que en los seminarios menores las entradas nuevas han sido de 370.

 

Dos sacerdotes de Oaxaca son suspendidos por denunciar a un pederasta

Nueve sacerdotes católicos de Oaxaca acusan haber sido amenazados de muerte y al menos dos de ellos han sido suspendidos del sacerdocio por pedir a su obispo y al Vaticano su intervención en el caso de un párroco que ha abusado de unos 100 niños indígenas en Oaxaca, sureste de México. El pederasta incluso ya está preso pero la Iglesia se niega a castigarlo o siquiera reconocerlo como abusador.

El País, 9 de Marzo de 2016

 

 

El papa y las mujeres

Juan G. Bedoya en El País, 7 de Marzo de 2016

“Perdonadme si soy un poco feminista”, ha bromeado Francisco. Desde su llegada al pontificado romano, hace apenas tres años, multiplica los discursos en favor de incrementar el papel de las mujeres en la Iglesia católica. “Deben ser mejor consideradas”, proclama. A la espera de que emita en pocas semanas sus conclusiones sobre la familia después de escuchar lo debatido en dos sínodos celebrados en Roma en 2014 y 2015, el Vaticano ha tomado una decisión sin precedentes. A petición de Francisco, los jefes o jefas de Estado que se hayan divorciado y acudan con su nueva pareja a ver al Papa serán recibidos en audiencia como si estuvieran casados católicamente. Leer más