NOTA PREVIA:

El objetivo de esta web Herri Eliza-Redes Cristianas de Navarra” es compartir con las personas que sintonicen con nuestras reflexiones aquellos recursos que puedan ayudarnos en nuestra formación y desarrollo personal como creyentes en Jesús de Nazaret.

Aquí encontrarás enlaces a artículos, audios y videos que están recogidos o extraídos de publicaciones abiertas a todo el mundo y que llevan a la página web del autor. Tratamos así de respetar el trabajo de todas las personas.

No perseguimos ni obtenemos con esta web ningún beneficio económico, ni directa ni indirectamente. Tampoco pedimos aportaciones de ningún tipo, ni siquiera darse de alta en un fichero.

 

Quiénes somos

Sencillamente creyentes en Jesús de Nazaret, seguidores suyos en el mundo actual en Navarra. Constatamos una crisis profunda de la Iglesia, empeñada al parecer en la reconquista de una cristiandad sociológica al servicio de los poderes de este mundo. Asistimos a la grave crisis de la humanidad, desgarrada por la explotación de unos por otros, el hambre, el expolio y las guerras. Nos duele el agotamiento de la Tierra, nuestra casa, consumida y enferma. Y en este marco, la Buena Noticia de Jesús resuena con potencia inusitada, y no podemos callárnosla. Nos dirigimos a cristianos críticos y en búsqueda, abiertos al mundo actual, opuestos al neocapitalismo liberal de la derecha, y amigos de nuestra propia cultura y tradición vascas; fieles a Jesús resucitado, y hartos de interpretaciones literalistas u oscurantistas de su mensaje y del último Concilio.

 

Proclamamos a Jesús de Nazaret y su Buena Noticia

Hoy, como ayer, lo que proclamamos es a Jesús de Nazaret en el mundo convulso que nos toca vivir. Jesús de Nazaret, ese a quien los gobernantes políticos, económicos y religiosos encontrasteis peligroso y subversivo, y por ello torturasteis hasta el asesinato más cruel; ese Jesús fue resucitado por el Padre Dios, y proclama hoy más fuerte que nunca que el Reino de Dios ya está inaugurado…

 

Estamos relacionados y coordinados

Más de 200 grupos, comunidades y movimientos católicos de base del Estado español hemos constituido una plataforma llamada “Redes Cristianas”. Desde estos colectivos, pertenecientes a la base eclesial, queremos ayudar a dar respuesta a los grandes problemas que hoy en día tiene planteados tanto la sociedad como la misma Iglesia.

Pretendemos ser otra voz crítica y alternativa y coordinarnos para dar una respuesta conjunta en pro de la transformación democrática de la Iglesia y de la sociedad.

Somos mujeres y hombres, personas laicas y clérigas, seglares y religiosas, no teólogas y teólogas, homosexuales y heterosexuales, y todas y todos, desde posiciones de igualdad, estamos movidas por los mismos deseos de transformación y cambio.

Desde nuestra opción por los pobres y excluidos, queremos luchar por la Justicia en el mundo, denunciando lo que otros callan. Como seres humanos y cristianos que somos, nos escandaliza la distancia cada vez mayor que se está abriendo entre los que lo tienen todo y los que no tienen casi nada. Desde esta constatación queremos trabajar codo con codo con otros colectivos que luchan por otra ciudad y otro mundo posibles y en contra del sistema socio económico injusto en el que vivimos.

En esta situación, nos parece oportuno y urgente volver nuestros ojos y nuestros oídos a aquella mirada y escucha que Jesús tuvo para con el mundo de su tiempo y que recupera de algún modo para la Iglesia la constitución Gaudium et Spes.

 

Con esta conciencia nos proponemos:

1. Revisar nuestro estilo de vida y los medios y métodos que utilizamos en las comunidades, movimientos y grupos desde el criterio evangélico de la “diaconía” o “actitud de servicio al otro”. Con esta actitud, tratamos de romper la relación vertical con esa jerarquía que crea desigualdad entre las personas dentro de la Iglesia, especialmente con la mujer, y promover y apoyar unas relaciones horizontales que, a través de los ministerios y servicios mutuos y hacia fuera de la comunidad, favorezcan la igual dignidad y fraternidad entre las personas.

2. Manifestar con acciones y compromisos públicos, con gestos y escritos, a través de los medios y de otras redes de comunicación virtual, este nuevo paradigma de comunión y de organización, inspirado en el Evangelio de Jesús y guiados siempre por la búsqueda, el diálogo, el espíritu crítico y autocrítico y la convicción de estar defendiendo en todo momento los intereses de los más pobres y excluidos por la sociedad y por la Iglesia. Con la seguridad también de estar expresando el sentir profundo de muchas otras personas que apuestan por “otro mundo posible” y “otra forma de ser y de hacer Iglesia”.

3. Organizar encuentros, foros, convivencias, para compartir información, formación y experiencias entre grupos y personas que se sientan identificadas o próximas a esta Carta de Identidad.

4. Establecer una relación estrecha con otras redes nacionales e internacionales y movimientos similares de otras religiones.

5. Contribuir desde todas nuestras posibilidades a la transformación radical de la Iglesia y de su presencia en el mundo. Desde el estilo que rezuma el Evangelio, creemos que nuestra Iglesia necesita una transformación profunda en todas sus dimensiones: bíblicas y teológicas, éticas y morales, pastorales y litúrgicas, místicas y organizativas. Siguiendo las huellas de muchas personas y movimientos cristianos que en el pasado han dado testimonio de una Iglesia encarnada y servidora del mundo, necesitamos recobrarla hoy como ámbito de vida y libertad, de denuncia y de propuesta, de búsqueda y creatividad, de amistad y alegría. Entre todas y todos vamos intentar sorprender al mundo con la Buena Noticia de que la Iglesia ya se está poniendo en actitud de ser “la sal de la tierra y la luz del mundo”, que quiere el Evangelio.