Nueve sacerdotes católicos de Oaxaca acusan haber sido amenazados de muerte y al menos dos de ellos han sido suspendidos del sacerdocio por pedir a su obispo y al Vaticano su intervención en el caso de un párroco que ha abusado de unos 100 niños indígenas en Oaxaca, sureste de México. El pederasta incluso ya está preso pero la Iglesia se niega a castigarlo o siquiera reconocerlo como abusador.
El País, 9 de Marzo de 2016