* DOMINGO 3º DE CUARESMA. – A – (Marzo 27-2011)
* Hoy, la Palabra de Dios, como siempre, es grandiosa, en su humanidad.
Los samaritanos, eran despreciad@s por los judíos en aquella
sociedad. Jesús, en cambio, dialoga con la “mujer” samaritana, ya que es un
Maestro liberado de los condicionamientos sociales irracionales. El diálogo
tiene lugar en las horas más calurosas del día junto a un pozo. Esto nos lleva a
pensar en: “SED Y AGUA”
* El Evangelista se remonta del nivel humano al mensaje de Jesús: “El
agua que Yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta
hasta la vida eterna” La mujer le dice: Señor, dame esa agua.
* La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la
gente: “Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho… Y…
salieron del pueblo, se pusieron en “camino” en busca de Él…
* O R A C I Ó N
* Jesús de Nazaret:
* Dame “TU AGUA VIVA” para que nunca más tenga sed”.
* Señor, Tú me sondeas y me conoces, como a la Samaritana. Sabes que
mi corazón anda siempre inquieto, ansioso, anhelante…
* Tengo muchas cosas, no carezco de nada. Pero los “dioses y señores
de la tierra” no me satisfacen.
* El cántaro que lleno con mis obras y mis ajetreos cotidianos son
incapaces de llenar mi vida plena.
* Como busca la cierva corrientes de agua, así te busco yo, Dios mío.
* Como tierra reseca, sin agua, mi alma tiene sed de TÏ, y espera,
resistente, que Tú lluvia me empape y convierta mi desierto en vergel, que TÜ
torrente me inunde y de mi seno corran torrentes de agua vida.
* Que TÚ misericordia no retarde tu Promesa, Señor, que nuestro deseo
la atraiga; que mi vida, nuestra vida rendida a tu Espíritu haga en mí, en
nosotr@s la misma transformación que obró en la Samaritana: que, dejando por fin
mi cántaro, nuestro cántaro, me convierta, nos convirtamos en DISCÍPUL@S Y
APÓSTOLES DEL SALVADOR. AMÉN
Z U R I Ñ E
* LA PALABRA DE DIOS. (3º DOMINGO CUARESMA)
* ENCUENTRO JUNTO AL POZO (Jn 4,5 -42)
* DEL DESIERTO AL JARDÍN. SAMARITANA
* Mi nombre no importa. Soy la samaritana. Desaparezco detrás del relato
evangélico para que cada uno de vosotros y vosotras podáis identificaras con mi
sed, y con el encuentro que tuve con Jesús, el Señor, junto al pozo.
• Observa los elementos del relato que giran en torno al «agua».
– Relee el pasaje desde las carencias: la mujer no tiene buena fama, no tiene
marido, no tiene un agua que le satisfaga. Podríamos decir que, atrapada en lo
cotidiano y en los recelos, carece también de profundidad.
– Date cuenta de cómo Jesús, poco a poco, en diálogo, va revelándose a la mujer
como el don que quita la sed y provoca en ella el deseo del «agua viva» que es
plenitud.
– Jesús, superando malentendidos, respetando procesos, provoca que la mujer
abandone el cántaro. Ha bebido del «agua viva» que es Jesús mismo. Ahora lleva
la fuente dentro de ella.
• La mujer, prototipo del discípulo-testigo, corre al pueblo para llevar a otros
a Jesús, para que estando con él y escuchando su palabra, crean. Y aquellos
samaritanos reconocieron
a Jesús: «Estamos convencidos de que él es el Salvador del mundo».
* No cedáis al abatimiento si os descubrís sedientos, sin lograr llegar al pozo
de agua viva con la rapidez que quisierais. No os dejéis paralizar por el
desánimo si os veis no con cinco, sino con quince maridos que os empujan por
itinerarios peligrosos. Tampoco yo logré alcanzar por mí misma la vida que
buscaba. Orad por una vida plena (<<Como busca la cierva corrientes de
Agua», Sal 42 [41]), buscad entre los olvidados y marginadas, esperad atentos,
porque de improviso, os ha]]aréis arrastrados por un torrente de agua viva.
NO CEDÁIS AL ABATIMIENTO SI OS DESCUBRÍS SEDIENTOS
¿Cuáles son nuestros maridos?
(Esas realidades que nos desorientan en el camino que conduce al jardín):
• El marido individualista que nos hace creer en un cristianismo sin alteridad,
sin otros que
molesten. Un cristianismo de ritos de cumplimiento, de misa dominical quizá con
otros,pero a solas.
• El marido eternamente atareado, con tiempo para muchas cosas, quizá
necesarias, pero donde no tiene cabida la dimensión espiritual, ni la formación
religiosa, ni la fe militante.
• El marido conformista, que nos lleva a adaptarnos a la situación política,
social, económicao religiosa en la que vivimos hasta tal punto que no la cuestionamos, no nos rebelamos, no abrimos en ella cauces de cambio y mejora. ¿Qué otros «maridos» añadirías?
* El desierto, lugar de encuentro
* Jesús repite la misma acción que el narrador del Génesis atribuye a Dios. La
samaritana, como el barro primigenio, va siendo modelada pacientemente y, lo
mismo que el primer adam recibió el aliento de Dios que lo convirtió en un ser
vivo, ella recibe el agua de la vida.
* La samaritana, como Abrahán, ha aceptado la palabra que le proponía salir de
sus esquemas y seguridades. Se ha convertido en mujer nueva, transfigurada por
el «agua viva», y fuente de vida. Queda constituida así como nueva creación,
como una emigrante que se dirige, con otros herman@s, hacia el jardín de la Pascua. (Editorial Verbo Divino) ZURIÑE