Religión Digital
La financiación de la Iglesia ha ido evolucionando a lo largo de las últimas décadas de forma desigual entre los países de Europa. Si bien en el resto del mundo la institución se financia mayormente con donaciones, colectas y otras contribuciones de los fieles, en el Viejo Continente no hay dos países que respondan a un mismo modelo de financiación, habida cuenta de las circunstancias evolutivas de cada cual en el terreno político y social.
En el caso de España, explicado de un modo sucinto, desde los tiempos de Franco ha sido más o menos así: Primero el Estado financiaba a la Iglesia. Luego, durante los primeros años de la democracia, llegó el acuerdo de “la crucecita” en la declaración de la renta, es decir, la financiación tributaria. Si bien este segundo acuerdo apuntaba a la posibilidad de que la Iglesia podría optar por autofinanciarse en el futuro, cuando lo considerara oportuno, ese momento aún no ha llegado y la situación actual es que si con la recaudación de los contribuyentes (el famoso 0,7 por ciento) no es suficiente para cubrir los presupuestos, el resto lo pone el Estado… Leer más (Jordi Pacheco)