ORAR CON EL EVANGELIO
(Mt. 22, 34-40)
Comienzo mi oración, poniéndome en el silencio, ante Jesús con sus Palabras de vida.
Y como todas las semanas trato de escuchar sus palabras, su mensaje, su Buena Noticia.
Dejo que me cale como lluvia suave repitiendo despacio trozos de lo que leo en el Evangelio. Esto me lleva a la “pausa” al “silencio”. Y ahí siento que Él me habla y Jesús me descubre, me desvela su intimidad…