ORACIÓN EN PENTECOSTÉS

ROGELIO CÁRDENAS

FE ADULTA

Los Misioneros del Espíritu Santo Tienen una sensibilidad especial hacia el Espíritu de Dios es su carisma y es su mensaje, todos abundamos en el Espíritu

Espíritu Santo, Tú habitas en nuestro corazón y consagras todo lo que es. Haznos tu nueva humanidad.

Eres Dios vivo, en quien creo y en quien espero. Nos humanizas para que podamos comulgar en tu divinidad.

Creo en Ti… Dios que amanece la vida en cada instante.

Creo en Ti… Dios que manifiestas tu poder en la ternura y la fragilidad.

Creo en Ti, Dios amor que te revelas en la mirada franca, en la sonrisa alegre, en las lágrimas y los sollozos, en el silencio y en el abrazo.

Creo en Ti, Dios que te nos muestras en los ojos que sueñan, en el pecho conmovido, en las manos abiertas, en los brazos dispuestos, en el rostro indignado y vivo.

Quiero vivir consciente en tu presencia; en el gozo y en la pena, en el esfuerzo y en el cansancio, en la certeza y en la duda, en las adversidades y en la fiesta, en cada nacimiento y en cada duelo.

Quiero vivir conscientemente este presente que me estás regalando.

Contigo, por Ti y en Ti, quiero ser quien soy.

Te amo y quiero que me muevas a amar libremente a los demás. Te amo y quiero amar con tu amor, a cada criatura y a toda la Creación.

Cuando me irrite, sosiégame. Con quien me exaspere, hazme sentir paciencia y empatía.

Regálame ser don y bendición para la persona con la que me encuentre, a quien ya quiero, concédeme amar en gratuidad, no depender ni pretender poseer.

Que nos dejemos amar y sepamos recibir con gratitud de los demás.

Líbranos de la desconfianza y el miedo. Líbranos de toda dependencia y adicción, de toda mentira y crispación. Cúranos de la ceguera que nos impide darnos cuenta de que nos une la fraternidad.

¡Líbranos de seguir buscando saciar nuestro propio «yo»! ¡Líbranos de la búsqueda compulsiva del confort individual!

Despiértanos para que seamos conscientes de que somos comunidad. Que anhelemos con pasión el bien común. Aviva en cada persona la generosidad para darse y para dar. Que cada quien cuide con esmero de los demás.

Llena de Ti el corazón de toda la humanidad.

Disipa los miedos y desvanece el rencor. Que soñemos con fuerza el reinado de la Vida.

Espíritu Santo, consagra a toda la creación y haznos tu nueva humanidad.

Espíritu Santo: Sé que me habitas y que habito en Ti…

Algunas veces, he llegado a sentirlo, como si fuera más consciente… Algunas veces he vislumbrado comprenderlo, como más lúcidamente… Muchas veces, ni siento, ni entiendo, ni siquiera me acuerdo que estás en mí y que estamos en Ti… Pero creo… creo en Ti, Espíritu Divino de la Creación…

Creo, porque quiero creerle más y más a Jesús, que me reveló tu presencia viva y discreta en todo lo que es… Creo, cada vez más, que no se trata de mí, ni de que yo tenga vida, sino de Ti en todo y de que me regalas ser parte de la Vida.

Por eso; quiero iniciar esta y cada semana, este y cada día, este y cada instante de mi historia; invocándote y evocándote. ¡Acepto feliz que llenes mi cuerpo, mi intelecto, mi afecto, y hasta lo más silencioso de mi espíritu!

Gracias por cada sensación, por cuanto percibo y capto. Gracias por cada sentimiento y cada emoción, por cuanto vivo y expreso. Gracias por cada recuerdo, cada idea, cada momento de comunicación. Gracias por cada rostro que habita en mi corazón. Gracias por el silencio, cada vez más lleno de tu divino amor.

Deseo dejarme mover por tu acción. Deseo fluir, no pasiva ni resignadamente sino confiadamente, atentamente, felizmente.

Deseo liberarme de cualquier necesidad y deseo, desapegarme y soltar, decir «adiós» sin aferrarme pero saber darme y siempre amar.

Te consagro mi ser, y que quiero que llenes a las personas con las que comparto esta historia.

Deseo que reines en toda la creación y que seamos más y más, humanidad consciente de tu amor que une sin fundir, que anima sin someter, que ilumina sin deslumbrar, que da vida dándose y sin dejar de amar.

¡Gracias, Espíritu Santo! ¡Gracias y amén con toda la humanidad!

 

* ORAR CON EL EVANGELIO.(Jn.20,19-23 ó Jn.14,15-16.3b-26)

* LA GRAN FIESTA DE PENTECOSTÉS

* Los judíos llamaban “pentecostés” a todo el tiempo festivo de la pascua y en especial a la fiesta solemne que lo cerraba a los cincuenta días.
Hoy celebramos esta gran fiesta, la cual nos recuerda el inicio de la Iglesia, ya que, por la fuerza del Espíritu, los primeros cristian@s se lanzaron con fuerza y valentía a la proclamación de Cristo Resucitado. La Resurrección de Jesús y la decisión de anunciarlo –bajo el impulso del Espíritu – es lo que hace nacer la Iglesia, y no otra cosa.
* Pentecostés era una fiesta judía que se celebraba cincuenta días después de la Pascua, que en el Antiguo Testamento también recibe el nombre de las 7 semanas (Nm.28,26 y Dt.1,9 ss.). Tiempo de la recolección, de las cosechas.
* El Espíritu es para la nueva comunidad fuerza para poder transparentar a Jesús y para poder ser fiel al compromiso adquirido por el Resucitado. El Espíritu que llega, trae la apertura a todos los hombres y mujeres aunque ellos hablen diferentes idiomas: el Espíritu hace hablar el idioma del amor, de la tolerancia y del respeto entre las diferentes culturas. El Espíritu crea unión, comunicación, comunión. Por eso, todo lo que divida de cualquier manera que sea, será contrarioal Espíritu de Jesús.
* El proyecto de Dios es hacer de tod@s un pueblo unido. De toda la creación dispersa por el egoísmo, un mundo reordenado según la idea que tenía de su creación. Quiere que el Reino de Dios sea una realidad entre nosotr@s, sus hij@s.
* El Espíritu que descendió sobre los discípulos en Pentecostés es el Espíritu que acaba con la división y el egoísmo que los seres humanos habían creado…
* El Espíritu del Resucitado los animó y los sacó del encierro en el que se habían metido los discípul@s, ya que sentían temor a los judíos y a los funcionarios del imperio. Ante el miedo, Jesús los anima a enfrentar los problemas históricos y a dar testimonio de su Resurrección con valentía y con altura.
* La vida que los cristian@s hemos recibido por medio del Espíritu de Dios no podemos desperdiciarla, ya que esa vida es la vida del mismo Dios dada a cada un@ para hacer que su Reino sea una realidad en medio de nuestro pueblo que sufre a causa del odio entre los seres humanos…
* Nuestra Iglesia debe dejarse renovar por el poder del Espíritu Santo, y en medio de un mundo deshumanizado como el nuestro debe comprometerse a testimoniar a Jesús muerto y resucitado, para que así los hombres y mujeres crean en el Señor resucitado, que es capaz de sacar nuestra vida de la muerte y darnos vida verdadera.

* ORACIÓN: DANOS TU ESPÍRITU,
JESÚS DE NAZARET.
* Jesús, queremos seguir tus pasos. Danos tu Espíritu, para aprender a vivir en la misericordia…
Ayúdanos a descubrir la gratuidad de tu Amor, entrega generosa, don de vida que se regala.
* Queremos compartir tu sueño de construir un mundo justo, donde exista igualdad y una fraternidad real, donde haya pan para tod@s y la libertad sea una luz que ilumine a todas las personas.
*Danos tu Espíritu, Jesús de Nazaret, para perseverar en nuestra búsqueda, para seguir en camino, para animarnos en la esperanza activa de hacer un Reino de paz y de bondad para tod@s.
*Jesús de Nazaret. Que pasaste haciendo el bien, viviendo la misericordia en la atención a l@s enfermos, en la búsqueda de l@s marginad@s, en la denuncia de las injusticias, en la apertura al Dios de la vida, en la enseñanza paciente de los discípulos, en el anuncio del Reino para tod@s.
*Danos tu Espíritu, Jesús de Nazaret, para seguirte, para imitar tu entrega, para hacer el bien en nuestros días, en el camino de cada un@, para vivir en la bondad, caminando hacia tu Reino. AMÉN.
*SEGUIMOS ORANDO.
*Danos tu Espíritu, ¡oh Padre nuestro!, para construir una vida y un mundo definitivamente nuevo, donde tod@s podamos vivir en armonía como herman@s, donde la confusión deje paso a la comprensión.
*Que el Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos, nos resucite a nosotr@s del desánimo, el miedo y la tristeza. Queremos contar a otr@s “las maravillas que has obrado Tú en nosotr@s”. Ayúdanos a vivir el gozo y la tarea de la fe.
*Te damos gracias, Dios nuestro, porque Cristo Resucitado, ha querido recrearnos, renovarnos, con su Espíritu vivificante. Ayúdanos a tomar conciencia de que formamos un solo cuerpo, tu Iglesia. Danos una mirada nueva para que podamos amarte y contemplarte en l@s que sufren.
Que en nuestro mundo. Todos los hombres y mujeres se llenen de la nueva vida y de la esperanza que brota de la fe en ti Jesús de Nazaret.
Que este Espíritu inspire en nosotr@s el testimonio, el diálogo y el compromiso de la Caridad. AMÉN. ZURIÑE

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR, 12-05-2013, Lucas 24, 46-53

AL TERMINAR SU VIDA HUMANA, JESÚS LLEGÓ A LA META, DIOS

Escrito por  Fray Marcos

Lc 24, 46-53

Hoy debemos tener muy presente la oración de Pablo: «Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de revelación para conocerlo; ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cual es la esperanza a la que os llama…» (Ef 1,17-23)

No pide inteligencia, sino espíritu de revelación. No pide una visión sensorial penetrante, sino que ilumine los «ojos» del corazón. El verdadero conocimiento no viene de fuera, sino de la experiencia interior. Ni teología, ni normas morales, ni ritos sirven de nada si no nos llevan a la experiencia interior y no van acompañados de una vida entregada a los demás.

Hemos llegado al final del tiempo pascual. La ascensión es una fiesta de transición que intenta recopilar todo lo que hemos celebrado desde el Viernes Santo. La mejor prueba de esto es que Lucas, que es el único que relata la ascensión, nos da dos versiones: una al final del evangelio y otra al comienzo del los Hechos. Para comprender el lenguaje que la liturgia utiliza para referirse a esta celebración, es necesario tener en cuanta la manera mítica de entender el mundo en aquella épocas y posteriores, muy distinta de la nuestra.

Desde una visión mítica, el mundo estaba dividido en tres estadios: el superior (arriba) estaba habitado por la divinidad. El del medio (el nuestro) era la realidad terrena en la que todos vivimos. El tercero (abismo) era el lugar del maligno y sus secuaces. Desde este esquema, la encarnación era concebida como una bajada del Verbo, desde la altura donde habita la divinidad a la tierra. Su misión era la salvación de todos. Por eso, después de su muerte tuvo que bajar a los infiernos (inferos) para que la salvación fuera total. Una vez que Jesús cumplió su misión salvadora, lo lógico era que volviera a su lugar de origen.

No tiene sentido seguir hablando de bajada y subida. Cambiar la mente de las personas es muy difícil. Pero si no lo intentamos, estaremos transmitiendo conceptos que la gente de hoy no puede comprender.

Una cosa fue la predicación de Jesús terreno y otra muy distinta la tarea que tiene que acometer la comunidad, después de atravesar la experiencia pascual. El telón de fondo es el mismo, el Reino de Dios, vivido y predicado, pero a los primeros cristianos les llevó tiempo. En el caso de Jesús y en el de los apóstoles, el verdadero motor es el Espíritu. Con esa misma «fuerza de lo alto», nosotros tenemos que continuar la obra de Jesús.

Resurrección, ascensión, sentarse a la derecha de Dios, envío del Espíritu son todas realidades pascuales. En todas ellas queremos expresar la misma verdad: el final de «este Hombre» Jesús, no fue la muerte sino la Vida. El misterio pascual es tan rico que no podemos abarcarlo con una sala imagen, por eso tenemos que desdoblarlo para ir analizándolo por partes y poder digerirlo. Con todo lo que venimos diciendo durante el tiempo pascual, debe estar ya muy claro que después de la muerte no pasó nada en Jesús.

Una vez muerto pasa a otro plano donde no existe tiempo ni espacio. Sin tiempo y sin espacio no puede haber sucesos. Todo «sucedió» como un chispazo que dura toda la eternidad. El don total de sí mismo es la identificación total con Dios y por tanto su total y definitiva gloria. No va más. En los discípulos sí sucedió algo. La experiencia de resurrección sí fue constatable. Sin esa experiencia que no sucedió en un momento determinado, sino que fue un proceso que duró mucho tiempo, no hubiera sido posible la religión cristiana.

Una cosa es la verdad que se quiere trasmitir y otra los conceptos y fórmulas con los que intentamos llevar a los demás nuestra verdad. No estamos celebrando un hecho que sucedió hace 2000 años. Celebramos un acontecimiento teológico que se está dando en este momento. Los tres días para la resurrección, los cuarenta días para la ascensión, los cincuenta días para la venida del Espíritu, no son tiempos cronológicos sino teológicos. Lucas, en su evangelio, pone todas las apariciones y la ascensión en el mismo día. En cambio, en los Hechos habla de cuarenta días de permanencia de Jesús con sus discípulos. Quiere decir que para él no tenía ninguna importancia el tiempo cronológico.

Ni Mateo, ni Marcos, ni Juan, ni Pablo hablan de la ascensión como fenómeno físico. Solo Lucas al final de su evangelio y al comienzo de los «Hechos», narra la ascensión como un fenómeno constatable por los sentidos.

Si, como parece probable, los dos relatos constituyeron al principio un solo libro, tendríamos que se duplicó el relato para dejar uno como final y otro como comienzo de sus dos obras. Para él, el evangelio es el relato de todo lo que hizo y enseñó Jesús; los Hechos es el relato de todo lo que hicieron los apóstoles.

Esa constatación de la acción de Dios, primero en Jesús y luego en los cristianos, es una de las claves de todo el misterio pascual y en concreto es la clave para entender la fiesta que estamos celebrando.

El cielo en todo el AT, no significa un lugar físico, sino una manera de designar la divinidad sin nombrarla. Así, unos evangelistas hablan del «Reino de los cielos» y otros del «Reino de Dios». Solo con esto, tendríamos una pista para no caer en la tentación de entenderlo materialmente. Es lamentable que se siga hablando a la gente de un lugar donde se encuentra la corte celestial. Podemos seguir diciendo «Padre nuestro que estás en los cielos». Podemos seguir diciendo que se sentó a la derecha del Padre. Pero entenderlo literalmente nos mete por un callejón sin salida.

Más pistas: Hasta el s. V no se celebró ninguna fiesta de la Ascensión. Se consideraba que la resurrección llevaba consigo la glorificación. Ya hemos dicho que en los primeros indicios escritos que han llegado hasta nosotros de la cristología pascual, está expresada como «exaltación y glorificación». Antes de hablar de resurrección se habló de glorificación. Esto podía explicar la manera de hablar de ella en Lucas. Lo importante de todo el mensaje pascual es que el mismo Jesús que vivió con los discípulos, es el que llegó a lo más alto. Llegó a la meta. Alcanzó su plenitud que consiste en identificarse totalmente con Dios.

La Ascensión no es más que un aspecto del misterio pascual. Se trata de descubrir que la posesión de la Vida por parte de Jesús es total. Participa de la misma Vida de Dios y por lo tanto, está en lo más alto del «cielo». Las palabras son apuntes para que nosotros podamos entendernos. Hoy tenemos otro ejemplo de cómo, intentando explicar una realidad espiritual, la complicamos más. Resucitar no es volver a la vida biológica sino volver al Padre. «Salí del Padre y he venido al mundo; ahora dejo el mundo para volver al Padre».

Nuestra meta, como la de Jesús, es ascender hasta lo más alto, el Padre. Pero teniendo en cuenta que nuestro punto de partida es también, como en el caso de Jesús, el mismo Dios. No se trata de movimiento alguno, sino de toma de conciencia. Esa ascensión no puedo hacerla a costa de los demás, sino sirviendo a todos. Pasando por encima de los demás, no asciendo sino que desciendo. Como Jesús, la única manera de alcanzar la meta es descendiendo hasta lo más hondo. El que más bajó, es el que más alto ha subido.

El entender la subida como física es una trampa muy atrayente. Los dirigentes judíos prefirieron un Jesús muerto. Nosotros preferimos un Jesús en el cielo. En ambos casos sería una estratagema para quitarlo de en medio. Descubrirlo dentro de mí y en los demás, como nos decía el domingo pasado, sería demasiado exigente. Mucho más cómodo es seguir mirando al cielo… y no sentirnos implicados en lo que está pasando a nuestro alrededor.

En el corto relato que hemos leído hoy, se encuentran todos los elementos que hemos venido manejando en el tiempo pascual:

• la identificación de Jesús;
• la alusión a la Escritura;
• la necesidad de Espíritu;
• la obligación de ser testigos;
• la conexión de la vivencia con la misión de extender el Reino.

Se contrapone la Escritura que funcionó hasta aquel momento y el Espíritu que funcionará en adelante. Recordemos que al inicio de su vida pública, Jesús fue ungido por el Espíritu Santo para llevar a cabo su obra. Los discípulos también tienen que ser revestidos de la fuerza de lo alto para llevar a cabo la suya.

Meditación-contemplación

«Os revestirán de la fuerza de lo alto».

Este es el cambio que percibieron los apóstoles en la experiencia pascual.

Una nueva energía vital que les inunda y les transforma.

Es el «nacer de nuevo» que Jesús había propuesto a Nicodemo.

………………..

Esa energía tiene que iluminar todo mi ser.

Como una lámpara se transforma en luz cuando la atraviesa la corriente,

así mi ser se iluminará cuando conecte con lo divino.

Esa iluminación es el objetivo último de todo ser humano.

…………………

No se trata de un mayor «conocimiento» intelectual.

No es la mente la que debe iluminarse, sino el «corazón».

Aquí está la verdadera batalla,

sobre todo, para nosotros los occidentales cartesianos.

……………….

Prefacio:

Porque en esta fiesta de la ascensión

celebramos la ausencia definitiva de Jesús,

y la conciencia de que sigue con nosotros.

Su plenitud en Dios

no le impide seguir con nosotros

dándonos su fuerza por medio de su Espíritu.

Por eso….

Fray Marcos

 

JAUNAREN IGOKUNDEA-LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR, 2013ko maiatzaren 12a

JESUSEN BEDEINKAZIOA
Lk. 24, 46-53

José Antonio Pagola
Itzultzailea: Dionisio Amundarain

Azken tartetxoa bizi du Jesusek bereekin. Laster utziko ditu, Aitaren misterioan behin betiko sartzeko. Ordudanik ezin izango da haien bidelagun munduko bideetan, Galilean izan den bezala. Inork ez du ordeztuko Jesusen presentzia.

Pentsamendu bakarra du Jesusek: irits dadila herri guztietara Jainkoaren barkazioaren eta errukiaren mezua; entzun dezatela guztiek konbertsiorako haren deia; ez dadila bizi inor esperantzarik gabe. Guztiek jakin behar dute Jainkoak mugarik gabe ulertzen eta maite dituela bere seme-alabak. Nork hots egin dezake, ordea, Berri On hau?

Lukasek dakarrenez, Jesusek ez du buruan ez gotzainik, ez apaizik. Ezta doktorerik edo teologorik ere. Lurrean «lekukoak» utzi nahi ditu. Hau dute lehen egitekoa: «zuek zarete gauza hauen lekuko». Jesusen lekuko horiek izango dira Jainko on baten esperientzia aditzera emango dutenak, Jesusen biziera kutsatuko dutenak, gizatasun handiagoko mundu baten alde lan eginez.

Alabaina ondotxo ezagutzen ditu Jesusek bere ikasleak. Ahulak dira eta koldarrak. Non aurkituko dute ausardia lekukoko izateko?; hain juxtu, Inperioaren ordezkariak eta Tenpluko buruzagiek gurutzean josi duten baten lekuko izateko? Jesusek berak lasaitu ditu: «Aitak hitzeman duena bidaliko dizuet nik». Ez dute izango «goitiko indarraren» faltarik. Jainkoaren Espiritua izango dute babesle.

Jesusen gogoa grafikoki adierazteko, era harrigarrian deskribatu du Lukasek Jesusek mundu hau uzteko modua: hain zuzen, Aitagana jiratu da Jesus eskuak goratuz eta ikasleak bedeinkatuz. Bere azken keinua du. Jainkoaren ezin atzemaneko misterioan murgildu da Jesus eta haren bedeinkazioa jaitsi da mundura.

Kristauok ahaztu egin dugu Jesusen bedeinkazioaren eroale garela. Geure lehen egitekoa Jainkoaren Onberatasunaren lekuko izatea da. Esperantzari bizirik eustea. Etsi egin dugu gaitzaren aurrean. «Infernu madarikatua» dela ematen duen mundu hau, ordea, ez dago galdurik. Samurkiro eta errukibera begiratzen dio Jainkoak.

Posible da gaur egun ere ongiaren bila ibiltzea, on egitea, ongia hedatzea.Posible da gizatasun handiagoko mundu baten alde lan egitea, biziera jatorrago baten bila ibiltzea. Izan gintezke solidarioago eta geurekoikeria txikiagoko jende. Baita soilago ere eta diruaren esklabo txikiago. Ekonomi krisialdiak berak eragiten ahal digu hain ustela ez den gizarte bat bilatzera.

Jesusen Elizan ahaztu egin dugu lehenengo gauza «onberatasunaren pastoraltza» eragitea dela. Bere bizitza onberatasun-keinuak eta –hitzak ereinez igaro zuen Jesus horren lekuko eta profeta behar dugu izan. Jesusek berak horrela iratzarri zuen Galileako jendeagan Jainko Salbatzaile batekiko esperantza. Bedeinkazioa da Jesus; jendeari ezagutzera eman beharra dugu.

Ascensión del Señor (C) Lucas 24, 46-53

LA BENDICIÓN DE JESÚS

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, lagogalilea@hotmail.com

ECLESALIA, 08/05/13.- Son los últimos momentos de Jesús con los suyos. Enseguida los dejará para entrar definitivamente en el misterio del Padre. Ya no los podrá acompañar por los caminos del mundo como lo ha hecho en Galilea. Su presencia no podrá ser sustituida por nadie.

Jesús solo piensa en que llegue a todos los pueblos el anuncio del perdón y la misericordia de Dios. Que todos escuchen su llamada a la conversión. Nadie ha de sentirse perdido. Nadie ha de vivir sin esperanza. Todos han de saber que Dios comprende y ama a sus hijos e hijas sin fin. ¿Quién podrá anunciar esta Buena Noticia?

Según el relato de Lucas, Jesús no piensa en sacerdotes ni obispos. Tampoco en doctores o teólogos. Quiere dejar en la tierra “testigos”. Esto es lo primero: “vosotros sois testigos de estas cosas”. Serán los testigos de Jesús los que comunicarán su experiencia de un Dios bueno y contagiarán su estilo de vida trabajando por un mundo más humano.

Pero Jesús conoce bien a sus discípulos. Son débiles y cobardes. ¿Dónde encontrarán la audacia para ser testigos de alguien que ha sido crucificado por el representante del Imperio y los dirigentes del Templo? Jesús los tranquiliza: “Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido”. No les va a faltar la “fuerza de lo alto”. El Espíritu de Dios los defenderá.

Para expresar gráficamente el deseo de Jesús, el evangelista Lucas describe su partida de este mundo de manera sorprendente: Jesús vuelve al Padre levantando sus manos y bendiciendo a sus discípulos. Es su último gesto. Jesús entra en el misterio insondable de Dios y sobre el mundo desciende su bendición.

A los cristianos se nos ha olvidado que somos portadores de la bendición de Jesús. Nuestra primera tarea es ser testigos de la Bondad de Dios. Mantener viva la esperanza. No rendirnos ante el mal. Este mundo que parece un “infierno maldito” no está perdido. Dios lo mira con ternura y compasión.

También hoy es posible buscar el bien, hacer el bien, difundir el bien. Es posible trabajar por un mundo más humano y un estilo de vida más sano. Podemos ser más solidarios y menos egoístas. Más austeros y menos esclavos del dinero. La misma crisis económica nos puede empujar a buscar una sociedad menos corrupta.

En la Iglesia de Jesús hemos olvidado que lo primero es promover una “pastoral de la bondad”. Nos hemos de sentir testigos y profetas de ese Jesús que pasó su vida sembrando gestos y palabras de bondad. Así despertó en las gentes de Galilea la esperanza en un Dios Salvador. Jesús es una bendición y la gente lo tiene que conocer. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

* ORAR CON EL EVANGELIO(Lc. 24,46-63)

* LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR.(MAYO 12 de 2013)

* La Ascensión de Jesús de Nazaret inicia otra etapa de salvación, ya que al desaparecer Jesús de entre los Apóstoles con presencia corporal, se abre el tiempo del Espíritu que Él promete. Pero ellos viven ante esto el impacto de la ausencia, de nostalgia. Por eso Jesús, Maestro y Amigo les repite y nos repite:
“YO ESTARÉ CON VOSOTR@S TODOS LOS DÍAS”
* La Ascensión es, pues, relevo. Jesús entrega a l@s cristian@s su muerte, su resurrección y su oferta universal de salvación y misión. Y con nuestro testimonio tenemos que manifestar que la carrera de la vida tiene sentido y tiene una meta victoriosa.
* Desde la Encarnación en que Jesús se humaniza, El es el modelo y fin del universo creado. (Col. 1,17).
* Resulta más fácil creer si podemos contemplar su presencia en todo; en el día a día de la vida humana, en la historia, en el dolor y el mal, en todo ser con toda su belleza, siempre en el misterio del ser humano tan, tan profunda.. Este ser humano al que Jesús se acercó de manera especial en el hombre herido, a ell@s se acercó con especial Amor. Vivió entre el pueblo humilde y rodeado de los que el pueblo y las autoridades excluían. Jesús rechazó la oferta de dominar y subió al monte a orar cuando el pueblo quiso hacerle rey. La altura de Jesús se mide por su amor hasta la muerte por nosotr@s y su servicio.
* Por eso la celebración de hoy es el fundamento de nuestra esperanza porque tenemos junto al Padre el mejor intercesor que gestiona nuestros asuntos ante El. Es fiel y conoce por experiencia la vida de los humanos, ya que “nació de mujer” (Gál.4,4) como uno más de nuestra historia. (Fil.2,7).
* Hoy volvemos a contemplar a Cristo ascendiendo a los cielos y repitiendo a cada un@ de nosotr@s el encargo de SER SUS TESTIGOS. El encargo de ser TESTIMONIO, de SERVICIO, ENTREGA, cerca del más necesitado.. Ser cristian@ no tiene otra finalidad. Se es cristian@ en cuanto se reproduce, en mayor o menor grado, el talante y el estilo de Cristo.
* No tengamos miedo porque El nos sigue diciendo: “NO OS DEJARÉ SOLOS”. “OS ENVIARÉ LA FUERZA DE MI ESPÍRITU” “YO ESTARÉ CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS”
* Que sigamos con ánimo y alegría nuestra misión con la fuerza del Espíritu de Jesús.

* ORAMOS
* Como los discípulos ante la noticia de que se iba, le decimos: quédate, Jesús de Nazaret que se hace tarde, que el camino es largo y el cansancio grande… Y Jesús nos sigue repitiendo:
“No os dejaré solos”. “Estaré con vosotr@s todos los días”
”Os enviaré la fuerza de mi Espíritu”.
Quédate Señor, míranos con tus ojos de Luz y vida, muéstranos paciente, tus enseñanzas, ábrenos los ojos de la fe dormida.
Y sigue resonando sus Palabras:
“No os dejaré solos”. “Yo estaré con vosotr@s todos los días”
Quédate y renueva en nosotr@s, valores y sueños; danos tu alegría y tu paz de nuevo. Condúcenos siempre al mundo, a la vida, al que necesita, al pobre, al enfermo, al pequeño, y así veremos tu rostro cada día…
Que no nos quedemos mirando al cielo. Que resuenen sus Palabras en nosotr@s y que las hagamos vida con la fuerza de su Espíritu
“Id y haced discípul@s de todos los pueblos; Yo estoy con vosotr@s todos los días, hasta el fin del mundo” AMÉN.
*ZURIÑE

VI DOMINGO DE PASCUA, 5 de Mayo de 2013, Jn.14, 23-29

Escrito por Fray Marcos

FE ADULTA

Jn 14, 23-29

Seguimos en el discurso de despedida. El tema del domingo pasado era el amor manifestado en la entrega a los demás. Terminábamos diciendo que ese amor era la consecuencia de una experiencia interior, relación con lo más profundo de mi mismo que es Dios. Hoy nos habla el evangelio de lo que significa esa vivencia intima. La Realidad que soy, es mi verdadero ser. El verdadero Dios no es un ser separado que está en alguna parte de la estratosfera sino el fundamento de mi ser y de cada uno de los seres del universo.

Recordemos que el discurso de despedida del evangelio de Juan es un montaje teológico que pone en boca de Jesús lo que había sido la experiencia de la comunidad durante setenta años. Eso lo hace mucho más interesante aún, que si hubiera sido pronunciado por Jesús. Nos habla de cómo entendía y practicaba aquella comunidad el seguimiento de Jesús. No se trataba de seguir a un líder que desde fuera les marcaba el camino, sino de descubrir la experiencia más profunda de Jesús, y repetirla en cada uno de los cristianos.

En estos siete versículos podemos descubrir las dificultades que encuentra el ser humano cuando trata de expresar la experiencia interior. Por cada afirmación que se hace en lo versículos que hemos leído hoy, encontramos en el evangelio otra que dice exactamente lo contrario. Es la mejor prueba de que las expresiones sobre Dios no se pueden entender al pie de la letra porque nunca son apropiadas. Necesitan interpretación porque los conceptos no son adecuados para expresar las realidades trascendentes. En este orden puede ser verdad una afirmación y la contraria. El dedo y la flecha pueden apuntar los dos a la luna.

En Jn 15,9 dice: Como el Padre me ha amado así os he amado yo, permaneced en mi amor. Aquí dice: «si alguno me ama le amará mi Padre…» ¿Quién ama primero?

Jesús había dicho que iba a prepararles sitio en el hogar del Padre, para después llevarles con él (14.2). Ahora dice que el Padre y él mismo vendrán al interior de cada uno.

Les había advertido: «como me persiguieron a mí, os perseguirán a vosotros (Jn 16,2). Ahora nos dice: «la paz os dejo, mi paz os doy».

Nos había dicho: yo y el Padre somos uno (10,30). Quien me ve a mí ve a mi Padre (14,9). Ahora nos dice: El Padre es más que yo.

No os dejaré huérfanos, volveré para estar con vosotros (14,18). Y ahora nos dice que el Padre mandará el Espíritu en su lugar.

Digerir estas aparentes contradicciones es una de las claves para entender la experiencia pascual.

Insisto, una cosa es el lenguaje y otra la realidad que queremos manifestar con él. Dios no tiene que venir de ninguna parte para estar en lo hondo de nuestro ser. Está ahí desde antes de existir nosotros. No existe «alguna parte» donde Dios pueda estar, fuera de mí y del resto de la creación. Dios es lo que hace posible mi existencia. Soy yo el que estoy fundamentado en Él desde el primer instante de ser. El descubrirlo en mí, el tomar conciencia de esa presencia, es como si viniera. Esta verdad es la fuente de toda religiosidad.

El hecho de que no llegue a mí desde fuera ni a través de los sentidos, hace imposible toda mediación. Es más, todo intermediario, sean personas, sean instituciones, me alejan de Él más que me acercan. En el AT, la presencia de Dios se localizaba en un lugar, la tienda del encuentro o el templo. La «total presencia» debía ser una de las características de los tiempos mesiánicos. Desde Jesús, el lugar de la presencia de Dios es el hombre. Dentro de ti lo tienes que experimentar; pero también descubrirlo dentro de cada uno de los demás seres humanos. Pero ¡ojo! La presencia surge de dentro, pero no será únicamente interna.

El Espíritu es el garante de esa presencia dinámica: «os irá enseñando todo». Por cinco veces, en este discurso de despedida, hace Jesús referencia al Espíritu. No se trata de la tercera persona de la Trinidad, sino de la divinidad como fuerza (ruah). «Santo» significa separado; pero no separado de Dios, sino separado de las actitudes del mundo. Si esa Fuerza de Dios no nos separa del mundo (opresión), no podremos comprender el amor.

«Os conviene que yo me vaya, porque si no, el Espíritu no vendrá a vosotros.» Ni el mismo Jesús con sus palabras y acciones fue capaz de llevar a los apóstoles hasta la experiencia de Dios, que les ayudaría a descubrir al mismo Jesús. Mientras estaba con ellos, estaban apegados a su físico, a sus palabras, a sus manifestaciones humanas. Todo muy bonito, pero que les impedía descubrir la verdadera identidad de Jesús. Al no ver a Dios en Jesús, tampoco descubrieron la realidad de Dios dentro de ellos. Cuando desapareció, se vieron obligados a buscar dentro de ellos, y allí encontraron lo que no podían descubrir fuera.

El Espíritu no añadirá nada nuevo. Solo aclarará lo que Jesús ya enseñó. Las enseñanzas de Jesús y las del Espíritu son las mismas, solo hay una diferencia. Con Jesús, la Verdad viene a ellos de fuera. El Espíritu las suscita dentro de cada uno como vivencia irrefutable. Mientras el Espíritu no nos separe del mundo, no podremos comprender las enseñanzas de Jesús. Esto explica tantas conclusiones equivocadas de los discípulos durante la vida de Jesús. Las palabras (aunque sean las de Jesús) y los razonamientos no pueden llevar a la comprensión. El Espíritu les llevará a experimentar dentro de ellos la misma realidad que Jesús quería explicar. Entonces no necesitarán argumentos, sino que lo verán claramente.

«Paz» era el saludo ordinario entre los semitas. No solo al despedirse, sino al encontrarse. Ya el «shalom» Judío era mucho más rico que nuestro concepto de paz, pero es que el evangelio de Juan hace hincapié en un «plus» de significado sobre el ya rico significado judío. La paz de la que habla Jesús tiene su origen en el interior de cada uno. Es la armonía total, no solo dentro de cada persona, sino con los demás y con la creación entera. Sería el fruto primero de unas relaciones auténticas en todas direcciones. Sería la consecuencia del amor de Dios en nosotros, descubierto y vivido. La paz no se puede buscar directamente. Es fruto del amor. Solo el Amor descubierto dentro y manifestado, lleva a la verdadera paz.

Deben alegrarse de que se vaya, porque ir al Padre, aunque sea a través de la muerte, no es ninguna tragedia. Será la manifestación suprema de amor, por lo tanto, será la verdadera victoria sobre el mundo y la muerte. El Padre es mayor que él porque es el origen. Todo lo que posee Jesús procede de Él. Aquí tampoco habla la segunda persona de la Trinidad; estaríamos poniendo en boca de Jesús una herejía. No olvidemos que Jesús, para el evangelista, es un ser humano a pesar de su preexistencia: «Tomó la condición de esclavo, pasó por uno de tantos…» También en Jesús, Dios se manifiesta en lo humano, pero Dios no es lo que se ve ni lo que se palpa ni lo que se oye de Jesús. Dios está en Jesús, pero es otra cosa.

«El Padre es más que yo». Dios se manifiesta y se vela en la humanidad de Jesús. La presencia de Dios en él, no es demostrable. Está en el hombre sin añadir ni obrar nada. El verdadero Dios es siempre un Dios escondido. Decía Pascal: «Toda religión que no afirme que Dios está oculto, no es verdadera». Un sufí persa de la Edad Media lo dejó bien claro:

Calle mi labio carnal,
habla en mi interior la calma
voz sonora de mi alma
que es el alma de otra alma
eterna y universal.
¿Dónde tu rostro reposa
alma que a mi alma das vida?
Nacen sin cesar las cosas,
mil y mil veces ansiosas
de ver tu faz escondida.

En la Biblia existe una tensión entre la trascendencia y la inmanencia de Dios. El hombre no puede ver a Dios sin morir. No puede ser representado por ninguna imagen. No puede ser nombrado. Pero a la vez, se presenta como compasivo, como pastor de su pueblo, como esposo, como madre que no puede olvidarse del fruto de su vientre. En el NT, se acentúa el intento de acercar a Dios al hombre. Los conceptos de «Mesías», «Siervo», «Hijo de hombre», «Palabra», «Espíritu», «Sabiduría», incluso «Padre», son todos ejemplos de ese intento. No se trata de una simple cercanía, sino de una identificación absoluta de Dios con cada uno.

Meditación- contemplación

«Vendremos a él y haremos morada en él».

Jesús descubrió esa presencia absoluta de Dios.

Todo lo que vivió y enseñó, fue consecuencia de esa experiencia.

Sabía que era la clave para que el hombre alcanzase plenitud.

……………….

Sin experiencia interior no hay posibilidad de salvación.

Sin identificación con lo divino no puede haber verdadera humanidad.

Sin descubrir el tesoro que hay dentro de ti,

nunca estarás dispuesto a vender todo lo demás para adquirirlo.

…………………..

Debo preocuparme mucho menos por los que hago.

Tengo que dedicar mis energías a descubrir lo que soy.

Lo que haga, será inevitablemente, consecuencia de lo que creo ser.

Una vez más estoy ante la alternativa: programación o vivencia.

………………….

Fray Marcos

* ORAR CON EL EVANGELIO:(Jn.14,23-29)

•DOMINGO VI DE PASCUA– C – (Mayo 5 de 2013)

* De nuevo este domingo el evangelio nos lleva a la última Cena de Jesús. Como nos cuenta Juan. Parece que Jesús reserva para este momento, en este clima de intimidad, el consejo principal para sus discípul@s, lo que ha sido el empeño fundamental: El Amor es la clave, la luz que ilumina todo lo demás. La vivencia desde el amor es la única señal del grupo, de la comunidad. Sin Amor un@ está fuera. En este clima de despedida Jesús anuncia, promete y revela una nueva forma de presencia.
“Yo soy el Camino… Creedme Yo estoy con el Padre y el Padre está conmigo” jesús anuncia y garantiza la nueva presencia de Dios. “No os dejaré desamparad@s; volveré…” “El espíritu santo que os enviará el Padre cuando recordéis mi nombre, ese, os lo enseñará todo”
Donde hay amor allí está Dios. Donde hay Amor gratuito y entregado, pasión por la justicia, vida en verdad, construcción del Reino en fraternidad allí está el Espíritu de Jesús
* La nueva forma de vida inaugurada por Jesús exige un compromiso radical y así llegaremos a ser “personas nuevas” comprometidas con la causa de los pobres. Amar la causa de Dios es ser fiel a su proyecto, un proyecto no encasillado en ritos externos como era la circuncisión.
* Así, Dios, por la fuerza del Amor, se convierte en familia, en comunidad, porque el amor siempre rompe las fronteras del individualismo. El Amor verdadero, como la verdadera fe, siempre lleva a las obras, a los detalles, siempre produce buenos frutos.
* Permanecer en el Amor de dios es guardar su Palabra y sus mandamientos. Aunque el amor es un sentimiento interior, tiene unas manos largas para llegar a l@s herman@s y se realiza en las obras.
Es el Espíritu de Jesús quien en el día a día del camino de nuestra vida, del camino de la Iglesia nos ayuda a entender vitalmente el evangelio y a vivir en comunión con Cristo.

* ORACIÓN
* Te damos gracias, Jesús Resucitado, porque tu alegría consiste en habitar en nosotr@s.
Haznos conscientes y capaces de ayudar a descubrir tu presencia a cuantos desean conocerte o a quienes buscan el sentido de la vida.
Haznos también personas de diálogo, capaces de escuchar a l@s demás, y capaces sobre todo de escuchar la voz del Espíritu, como fueron l@s primeros cristian@s.
* Que no busquemos imponer ni imponernos, sino descubrir y recorrer junt@s los caminos por los que Tú deseas conducirnos.
* Ayuda a tu Iglesia, Jesús de Nazaret a ser como una ciudad de puertas siempre abiertas a los cuatro puntos de la tierra, donde Tú seas la Luz que nos guía y donde cada persona sienta el gozo de ser el templo donde Tú habitas.
* Hoy también queremos saludar a María en este mes que le dedicamos a Ella, como ejemplo de mujer y Madre entregada y a la vez felicitamos y pedimos para que la sepamos imitar todas las madres del mundo. AMÉN

* SEGUIMOS ORANDO COMO OFRENDA FECUNDA
* Haznos ofrenda Jesús de Nazaret, hoy contigo, de justicia y reconciliación, pan partido, siempre repartido, en la mesa de la comunión.
* Haznos vida, cariño y entrega, que valientes podamos romper, actitudes que matan la vida, que nos llenan de miedo y nos quitan la fe.
* Que tu entrega y pasión por la vida se abra espacio en nuestro interior.
Que tu vida, ofrenda fecunda, se haga fruto en nuestro corazón. AMÉN
ZURIÑE

PAZKOALDIKO VI. IGANDEA, JESUSEN AZKEN DESIOAK-ULTIMOS DESEOS DE JESUS

JESUSEN AZKEN DESIOAK

José Antonio Pagola.
Itzultzailea: Dionisio Amundarain

Ikasleei agur egiten ari da Jesus. Triste eta koldarturik ikusten ditu. Guztiek dakite azken uneak bizitzen ari direla beren Maisuarekin. Zer gertatuko da Maisua joatean? Norengana jo ahal izango dute? Zein izango dute babesle? Bihotz eman nahi die Jesusek, bere azken desioak azalduz.

Ez dadila gal nire Mezua. Horra Jesusen lehen desioa. Ez dadila ahaztu Jainkoaz eman dien Berri Ona. Bere jarraitzaileek gorde dezatela bizi-bizi Aitaren gizabidezko egitasmoaren oroitzapena: hainbat aldiz aipatu dien «Jainkoaren erreinu» hori. Maite badute, hona lehenik egin behar dutena: «maite nauenak gordeko du ni hitza… maite ez nauenak ez du gordeko».

Hogei menderen buruan, zer egin dugu Jesusen Ebanjelioaz? Leial gordetzen al dugu ala hura manipulatzen ari gara geure probetxurako? Onartzen al dugu bihotzean ala hartaz ahazten ari gara? Jator aurkezten al dugu ala geure irakaspenen pean ezkutatzen dugu?

Aitak Babesle bat bidaliko duzue nire izenean. Jesusek ez ditu umezurtz utzi nahi. Ez dute sumatuko bera falta denik. Aitak Espiritu Santua bidaliko die, beragandik urruntzeko arrisku guztitik babestuko dituena. Jesusengan beragan sumatua dute Espiritu hori, nola eragin dion pobreengana; Espiritu horrek berak eragingo die berei ere norabide berean.

Espirituak «irakatsiko die» berak irakatsi eta erakutsi dien guztia hobeto ulertzen. Bere Berri Ona gero eta sakonago hartzen lagunduko die. Hark «gogoraraziko die» entzun izan diotena. Hark heziko ditu Jesusen bizieran.

Hogei menderen buruan, zer espiritu da nagusi kristauen artean? Jesusen Espirituari uzten al diogu gida gaitzan? Gai al gara Jesusen Berri Ona eguneratzeko? Adi al gaude sufritzen dutenen aurrean? Norantz eragiten digu gaur egun Jesusen Espirituaren arnasa berritzaileak?

Neure bakea demaizuet. Beragan ikusi duten bake bera bizi dezaten nahi du Jesusek, Aitarekin duen elkartasun barne-barnekoaren fruitu den bakea. Bere bakea eman die erregalu. Ez da munduak eman dezakeena bezalakoa. Beste bat da. Bihotzean jaioko zaie, baldin eta Jesusen Espirituari harrera egiten badiote.

Horixe da kutsatu behar duten bakea noranahi iristen diren guztietan. Horixe da zabalduko dutena Jainkoaren erreinua hots egitean, mundu sanoago eta zuzenago bati bidea urratzean. Ez dute galdu behar sekula bake hori. Jesusek errepikatzen du: «Ez dadila jar dar-dar zuen bihotza, ez dadila koldartu».

Hogei menderen buruan, zergatik zurruntzen gaitu beldurrak etorkizunaren aurrean? Zer dela-eta horrenbeste errezelo gizarte modernoaren aurrean? Jende asko da Jesusen gose. Frantzisko aita santua Jainkoaren erregalua da. Egoera osoak gonbidatzen gaitu Jesusekiko eta haren Ebanjelioarekiko leialagoa den Eliza baterantz. Ezin gelditu gara besoak tolestaturik.

6 Pascua (C)
Juan 14,23-29

ÚLTIMOS DESEOS DE JESÚS

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, lagogalilea@hotmail.com

ECLESALIA, 01/04/13.- Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Los ve tristes y acobardados. Todos saben que están viviendo las últimas horas con su Maestro. ¿Qué sucederá cuando les falte? ¿A quién acudirán? ¿Quién los defenderá? Jesús quiere infundirles ánimo descubriéndoles sus últimos deseos.

Que no se pierda mi Mensaje. Es el primer deseo de Jesús. Que no se olvide su Buena Noticia de Dios. Que sus seguidores mantengan siempre vivo el recuerdo del proyecto humanizador del Padre: ese “reino de Dios” del que les ha hablado tanto. Si le aman, esto es lo primero que han de cuidar: “el que me ama, guardará mi palabra…el que no me ama, no la guardará.

Después de veinte siglos, ¿qué hemos hecho del Evangelio de Jesús? ¿Lo guardamos fielmente o lo estamos manipulando desde nuestros propios intereses? ¿Lo acogemos en nuestro corazón o lo vamos olvidando? ¿Lo presentamos con autenticidad o lo ocultamos con nuestras doctrinas?

El Padre os enviará en mi nombre un Defensor. Jesús no quiere que se queden huérfanos. No sentirán su ausencia. El Padre les enviará el Espíritu Santo que los defenderá de riesgo de desviarse de él. Este Espíritu que han captado en él, enviándolo hacia los pobres, los impulsará también a ellos en la misma dirección

El Espíritu les “enseñará” a comprender mejor todo lo que les ha enseñado. Les ayudará a profundizar cada vez más su Buena Noticia. Les “recordará” lo que le han escuchado. Los educará en su estilo de vida.

Después de veinte siglos, ¿qué espíritu reina entre los cristianos? ¿Nos dejamos guiar por el Espíritu de Jesús? ¿Sabemos actualizar su Buena Noticia? ¿Vivimos atentos a los que sufren? ¿Hacia dónde nos impulsa hoy su aliento renovador?

Os doy mi paz. Jesús quiere que vivan con la misma paz que han podido ver en él, fruto de su unión íntima con el Padre. Les regala su paz. No es como la que les puede ofrecer el mundo. Es diferente. Nacerá en su corazón si acogen el Espíritu de Jesús.

Esa es la paz que han de contagiar siempre que lleguen a un lugar. Lo primero que difundirán al anunciar el reino de Dios para abrir caminos a un mundo más sano y justo. Nunca han de perder esa paz. Jesús insiste: “Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde”.

Después de veinte siglos, ¿por qué nos paraliza el miedo al futuro? ¿Por qué tanto recelo ante la sociedad moderna? Hay mucha gente que tiene hambre de Jesús. El Papa Francisco es un regalo de Dios. Todo nos está invitando a caminar hacia una Iglesia más fiel a Jesús y a su Evangelio. No podemos quedarnos pasivos. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

V DOMINGO DE PASCUA, 28 ABRIL 2013, Jn 13, 31-35

VIDA, AMOR, UNIDAD FORMAN UNA SOLA REALIDAD

Escrito por Fray Marcos
FE ADULTA

Jn 13, 31-35

El evangelio de hoy también está sacado de un discurso de Jesús en el evangelio de Juan; el último y más largo, después del lavatorio de los pies. Es un discurso que abarca cinco capítulos, y es una verdadera catequesis a la comunidad, que trata de resumir las más originales enseñanzas de Jesús.

Como ya he repetido muchas veces, no se trata de un discurso de Jesús, sino de una cristología elaborada por aquella comunidad a través de muchos años de experiencia y convivencia cristianas. En el momento de la cena, los discípulos no hubieran entendido nada de todo lo que el discurso dice.

El mandamiento del amor sigue siendo tan nuevo que está aún sin estrenar. Y no se trata sólo de algo muy importante; se trata de lo esencial. Sin amor, no hay cristiano. Nietzsche llegó a decir: «solo hubo un cristiano, y ese murió en la cruz»; precisamente porque nadie ha sido capaz de amar como él amó. Como decíamos el domingo pasado, solo el que hace suya la Vida de Dios, será capaz de desplegarla en sus relaciones con los demás. La manifestación de esa Vida, es el amor efectivo a todos los seres humanos.

La pregunta que me tengo que hacer hoy es ésta: ¿Amo de verdad a los demás? ¿Es el amor mi distintivo como cristianos? No se trata de un amor teórico, sino del servicio concreto a todo aquel que me necesita.

La última frase de la lectura de hoy se acerca más a la realidad si la formulamos al revés: La señal, por la que reconocerán que no sois discípulos míos, será que no os amáis los unos a los otros.

Hemos insistido demasiado en lo accidental: el cumplimiento de normas, en la creencia en unas verdades y en la celebración de unos ritos, y apenas en lo esencial que es el amor.

Seguimos cometiendo el error de presentar el amor como un precepto. Así enfocado, no puede funcionar. Amar es un acto de la voluntad, cuyo único objeto es el bien conocido. Esto es muy importante, porque si no descubro la razón de bien, la voluntad no puede ser movida desde dentro. Si me limito a cumplir un mandamiento, no tengo necesidad de descubrir la razón de bien en lo mandado, sino solo obedecer al que lo mandó.

Aquí está el error. El que una cosa esté mandada, no me tiene que llevar a mí a cumplirla, sino a descubrir por qué está mandada; me tiene que llevar a ver en ella, la razón de bien. Si no doy este paso, será para mí una programación sin consecuencias en mi vida real.

Ahora es glorificado el Hijo de hombre y Dios es Glorificado en él. Jesús ha lavado los pies a los discípulos. Judas acaba de salir del cenáculo y la muerte de Jesús está decidida. ¿Dónde está la gloria? Allí donde se manifiesta el amor. Ese amor manifestado, es a la vez, la gloria de Dios y la gloria del hombre Jesús.

En el griego profano, «doxa» significaba simplemente opinión, fama. El «kabod» hebreo que traducen por doxa los LXX tenía un significado muy distinto. Por una parte, era la trascendencia y la santidad (majestad) de Dios que el hombre debe reconocer. Por otro, la manifestación de ese ser de Dios en acciones portentosas. Juan mantiene el sentido de «gloria» de Dios, que también atribuye al Hijo. Jesús en todas sus obras, manifiesta la «doxa» de Dios.

Lo original de Juan es que esa gloria no se manifiesta solo en los actos espectaculares de poder, sino en los que expresan sin ambigüedades el Amor-Dios. La gloria de Dios es el Amor manifestado.

No se trata pues, de fama y honor. Tampoco se trata de conceder majestad, esplendor o poder. La gloria de la que habla Juan no es una concesión externa; está en la misma esencia de la persona. Morir por los demás es la mayor gloria, porque es la mayor manifestación posible de amor.

La gloria de Jesús no es consecuencia de su muerte, es la misma muerte por amor. Ni Dios ni Jesús después de morir, pueden recibir otra clase de gloria. La única gloria que podemos dar a Dios es amar como Él ama.

Les llama «Hijitos» (teknia) diminutivo de (tekna). En castellano, el cariño se expresa mejor con el posesivo «hijitos míos». Esta expresión está justificada porque se trata de un momento íntimo y emocionante. Les anuncia su próxima muerte, por eso lo que sigue tiene carácter de testamento.

Lo que Jesús pide a los suyos es un amor incondicional y a todos sin excepción. Todas las normas, todas las leyes tienen que orientarse a ese fin.

Un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; igual que yo os he amado. El «igual que yo» no es solo comparativo, sino originante. Quiere decir que debéis amaros porque yo os he amado, y tanto como yo os he amado.

El Amor-Dios no se puede descubrir, pero se manifiesta en las obras. Se trata de la seña de identidad del cristiano. Es el mandamiento nuevo, por oposición al mandamiento antiguo, la Ley. Queda así establecida la diferencia entre las dos alianzas. La antigua estaba basada en una relación jurídica de toma y daca con Dios. En la nueva alianza lo único que importa es la actitud de servicio a los demás. No se trata de una ley, sino de una respuesta personal a lo que Dios es en nosotros. «Un amor que responde a su amor» (Jn 1,16).

Jesús no propone como primer mandamiento el amar a Dios, ni el amor a él mismo. No dice: Amadme como yo os he amado. Dios es don total y no pide nada a cambio. Ni Él necesita nada de nosotros, ni nosotros le podemos dar nada (ni siquiera gloria).

Dios es puro don, amor total. Se trata de descubrir en nosotros ese don incondicional de Dios, que a través nuestro debe llegar a todos. El amor a Dios sin entrega a los demás es pura farsa. El amor a los demás por Dios y no por ellos mismos, es una trampa que manifiesta nuestro egoísmo. El amar para que Dios me lo pague, no es más que una programación calculada. La exigencia de Jesús no es con relación a Dios, sino con relación a la persona.

Jesús se presenta como «el hijo de Hombre» (modelo de ser humano). Es la cumbre de las posibilidades humanas. Amar es la única manera de ser plenamente hombre. Él ha desarrollado hasta el límite la capacidad de amar, hasta amar como Dios ama. Jesús no propone un principio teórico, y después dice que vamos a cumplirlo todos. Jesús comienza por vivir el amor y después dice: ¡imitadme! El que le dé su adhesión quedará capacitado para ser hijo, para actuar como el Padre, para amar como Dios ama.

En esto conocerán todos que sois discípulos míos: en que os tenéis amor entre vosotros. El amor que pide Jesús no es una teoría, ni una doctrina. Tiene que manifestarse en la vida, en todos y cada uno de los aspectos de la existencia. La nueva comunidad no se caracterizará por doctrinas, ni ritos, ni normas morales. El único distintivo debe ser el amor manifestado en todas y cada una de nuestras acciones. La base y fundamento de la nueva comunidad será la vivencia, no la programación.

Jesús no funda un club cuyos miembros tienen que ajustarse a unos estatutos, sino una comunidad que experimenta a Dios como Padre y cada miembro lo imita, haciéndose hijo y hermano.

«Que os améis unos a otros», se ha entendido a veces como un amor a los nuestros. Algunas formulaciones del NT, pueden dar pie a esta interpretación. No: desde cada comunidad cristiana, el amor tiene que llegar a todos. No se trata de amar a los que son amables (dignos de ser amados), sino de estar al servicio de todos como si fueran yo mismo. Si dejo de amar a una sola persona, mi amor evangélico es cero.

No se trata de un amor humano más. Se trata de entrar en la dinámica del amor de Dios. Esto es imposible, si primero no experimentamos ese AMOR. ¡Ojo! esta verdad es demoledora.

Después de todo lo comentado en esta pascua, podemos hacer un resumen. La Vida, que se manifestó en Jesús, es el mismo Dios-Vida que se le había entregado absolutamente. Ese Dios-Vida, que también se da a cada uno de nosotros, nos lleva a la unidad con Él, con Jesús y con todos los hombres. Esa identificación absoluta, que se puede vivir, pero que no se puede ver, se manifiesta en la entrega y la preocupación por los demás, es decir, en el amor. El amor evangélico, no es más que la manifestación de la unidad vivida.

Meditación-contemplación

«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo.»

El amor es la única respuesta posible al Amor, que es Dios.

Como ser humano, Jesús experimentó ese AMOR.

Toda su vida es consecuencia (manifestación) de esta vivencia personal.

…………………….

También para nosotros es ese el único camino.

Sin esa experiencia de que Dios es AMOR en mí,

el mensaje evangélico se quedará fuera de mi propio ser

y aceptado solo intelectualmente y como programación.

…………………….

El amor que me pide Jesús, no es algo que pueda tener su origen en mí.

Yo sólo puedo ser espejo que refleje lo que Dios es.

No se me exige simpatía o amistad hacia todos.

No se trata de un amor humano, sino del «ágape» divino.

……………………….

Fray Marcos

ORAR CON EL EVANGELIO: (Jn.13.31-34;35)

•DOMINGO V DE PASCUA –C- ABRIL 28 de 013)

* EL EVANGELIO DE Juan, hoy, se integra muy bien en el misterio Pascual; Jesús resucitado deja como testamento y camino de resurrección el mandamiento del AMOR.
Eso quiere decir , que las personas , por la fe en Jesús Resucitado, quedamos implicadas en una obra de amor al estilo de Jesús.
Lo primero que es preciso constatar es que el contenido de ese mandamiento es más de tipo social que de tipo religioso. Amarse los unos a los otros no es sino tratar de poner en pie un nuevo tipo de relación. El Evangelio destaca la base de lo humano que son las relaciones entre las personas. El Evangelio es más social que lo que entendemos por religioso. Al fin y al cabo, el mensaje de Jesús es para el más acá no para más allá. Como creyentes tenemos que emplear en el día a día si queremos amar como Jesús : “También vosotr@s amaos unos a otros como Yo os he amado”. Es el verdadero distintivo que tenemos como creyentes:
“En esto conoceréis que sois discípulos míos”
* Desde niñ@s aprendimos que “la señal del cristiano es la santa cruz”,. Sí es verdad que Jesús Crucificado es signo de Amor hasta la muerte. Pero en el Evangelio se nos dice que la señal del cristiano. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos” es “Que os améis unos a otros” . Está claro que nos resulta más fácil los signos externos y nos cuesta más convertirnos de corazón a Cristo. Está claro que para los seguidores de Jesucristo debería ser el compromiso por los valores Evangélicos.
* Despertar la alegría en rostros apagados. Abrir brazos de amistad a quien se encuentra en la soledad o desolad@. Solidarizarse con los pobres, marginados, compartir, escuchar , acompañar, perdonar, dejarse amar, testimoniar esta palabra tan gastada “amor”. Vino Jesús y, con su venida, nos trajo una manera diferente de vivir. El, con sus enseñanzas y sobre todo con su vida, nos dejó un estilo nuevo para caminar, para dar sentido nuevo a la vida, para vivir con ilusión.
* Seguro que si hay el verdadero amor en nuestras vidas, la alegría, la ilusión, la felicidad… nos llenarán por dentro y por fuera de nosotr@s.

*ORACIÓN DESDE EL AMOR QUE ES VIDA
* Jesús de Nazaret la Palabra que tú nos dejaste como testamento, “AMAOS”, está en crisis también. Parece que a fuerza de usarla en anuncios, canciones, discursos, ha perdido su sentido.
Te pedimos, que nos la imprimas en la frente como un sello, que nos haga pensar en ella..
A la vez, te damos gracias por haber puesto en nuestro corazón el sentimiento más humano, más alegre y más sincero que existe: el amor. Gracias por ese Amor que tú nos regalas y que si lo vivimos, somos semejantes a Ti.
Que sepamos amar como tú, siguiendo tu ejemplo, Jesús de Nazaret que nace del servicio y de la entrega desinteresada a l@s demás. Optando por l@s más débiles, los que sufren y están al margen de la vida.
apasionad@s por la justicia y la paz, ofreciendo lo mejor de cada un@ para lograr una vida digna para tod@s.
abiert@s a l@s demás y a sus necesidades, compartiendo los dones recibidos, viviendo la alegría del dar. AMÉN
ZURIÑE