ATRIO
Es innegable que el panorama de la humanidad es sombrío: la escalada militar que puede culminar en una guerra nuclear, el calentamiento global que parece que ha venido para quedarse, el agotamiento de los bienes y servicios naturales, especialmente de agua potable, entre otros. En ese escenario debemos plantearnos esta cuestión: en qué medida la humanidad y todos los países pueden y deben colaborar para un posible y deseable bienestar planetario.
Partimos de lo que establece el Papa Francisco en su encíclica Laudato Sì: sobre el cuidado de la Casa Común (2015), dirigida a toda la humanidad: “todos debemos hacer una conversión ecológica global” (n.5).
Sin esta conversión, que significa una disposición para el cambio, no superaremos la situación dramática mencionada y podríamos llegar a un punto de no-retorno. Estaríamos frente al colapso de nuestra civilización e incluso de nuestra existencia sobre este planeta.
Mantenido el orden del capital con su cultura consumista y excluyente difícilmente encontramos la voluntad de cambio y por eso de alcanzar el bien común planetario. Son fatalistas, este tipo de mundo en crisis los beneficia… Leer más (Leonardo Boff)