Carta abierta a los obispos: «Nuestro pequeño ídolo está destinado a hacerse añicos»

Religión Digital

«Cuando el barco-iglesia pierde su función, su identidad, en todo se parece a otros barcos, lastrado por tantas cosas inútiles, sin una meta a la que aspirar, sin un pensamiento que lo guíe, zarandeado aquí y allá por las modas del momento, o encerrado en sus atávicas seguridades, entonces está condenado al naufragio»
«Dios se ha exiliado y pocos lo lamentan. No hay lugar para él en este mundo. Tampoco encuentra un hogar en nuestras sinagogas modernas, enfermas de clericalismo, tan incapaces de escuchar en profundidad, habitadas por los demonios de la vida tranquila, del devocionalismo que se regodea en una supuesta pureza religiosa sobre la que incluso los publicanos y las prostitutas tienen ventaja, que cambia lo santo por lo sagrado, satisfechos con el statu quo»

Hay una barca que ya ha naufragado… o que está a punto de naufragar.
Una de las últimas páginas de los Hechos de los Apóstoles relata un viaje muy afortunado: se trata de un vendaval muy violento en alta mar, en el que el apóstol Pablo se dirige a Roma, en una barca que corre constantemente el peligro de ser arrastrada por la virulencia de las aguas… Leer más (Joseba Kamiruaga Mieza, CMF)