DOMINGO 4º DE PASCUA (A) Fray Marcos

(Hch 2,36-41) Jesús a quien vosotros crucificasteis Dios lo constituyó Señor

(1 Pe 2,20-25) Andabais descarriados, pero habéis vuelto a vuestro pastor.

(Jn 10,1-15) Yo he venido para que tengan Vida y la tengan abundante.

Por Jesús lo divino entra en lo humano y lo humano en lo divino. Ya no son dos estancias separadas sino identificadas para siempre.

Aunque el evangelio de hoy ya no hable de apariciones, no nos apartamos del tema pascual, pues afirma expresamente: “Yo he venido para que tengan Vida y la tengan abundante”. Juan nos está diciendo lo que pensaban los cristianos de finales del siglo I en la comunidad donde se escribe el evangelio, no lo que pudo decir Jesús cuando vivía en Galilea. Esto es para nosotros más interesante que las mismas palabras de Jesús, porque nos habla de una vivencia provocada por Jesús Vivo.

El relato nos habla de la puerta y del pastor. En el fondo es la misma metáfora, porque la única puerta del aprisco era el pastor. El rebaño eran las 5 ó 10 ovejas o cabras, que eran la base de la economía familiar. Por la noche, después de haber llevado a pastar cada uno las suyas, se reunían todas en un aprisco, que consistía en una cerca de piedra con una entrada muy estrecha para que tuvieran que pasar las ovejas de una en una y así poder controlarlas. Esa entrada no tenía puerta, sino que un guarda, allí colocado, hacía de puerta y las cuidaba durante la noche.

Por la mañana cada pastor iba a sacar las suyas para llevarlas a pastar. Esto se hacía por medio de un silbido o de una voz que las ovejas conocían bien. Incluso tenían su propio nombre como nuestros perros hoy. Cuando oían la voz, las ovejas que se identificaban con ella, salían. Con estos datos se entiende perfectamente el relato. Jesús se identifica con el pastor que cuida las ovejas como algo propio, pero no porque de ellas depende su familia, sino porque le interesan las ovejas por sí mismas. No le mueve ningún provecho personal sino el fortalecer a cada oveja.

El texto habla de comparación (paroimian). La comparación pretende explicar lo que es una cosa a través de otra que conocemos mejor. Ni Jesús es pastor ni nosotros borregos. Jesús nos lleva a los pastos después de haberse alimentado. Y ya sabemos que su alimento fue hacer la voluntad del Padre. Hace referencia a esos dirigentes de todos los tiempos, que debían ser pastores, pero que en ved de cuidar de las ovejas, se pastorean a sí mismos y utilizan las ovejas en beneficio propio.

Las ovejas atienden a su voz porque la conocen. Una frase con profundas resonancias bíblicas. Oír la voz del Señor es conocer lo que nos pide, pero sobre todo obedecerle. Las llama por su nombre, porque cada una tiene nombre propio. Las que escuchan su voz, salen de la institución opresora y quedan en libertad. Jesús no viene a sustituir una institución por otra. No las saca de un corral para meterlas en otro. No son los miembros de la comunidad los que deben estar al servicio de la institución. Es la institución la que debe estar al servicio de cada uno.

En un mismo aprisco había ovejas de muchos dueños, por eso dice que saca todas las suyas que conocen su voz y le siguen. El texto quiere dejar claro que las ovejas no podían salir por sí mismas del estado de opresión, para ellas no había alternativa. Es Jesús el que les ofrece libertad y capacidad para decidir por sí mismas. Los dirigentes judíos son “extraños”, que no buscan la vida de las ovejas. Ellos las llevan a la muerte. Jesús les da vida. La diferencia no puede ser más radical. Por muy oveja que te sientas, tienes la obligación de distinguir al pastor auténtico del falso.

Él camina delante y las ovejas le siguen. Esto tiene más miga de lo que parece. Jesús recorrió una trayectoria humana. Esa experiencia nos sirve a nosotros de guía para recorrer el mismo camino. Para nosotros, esto es difícil de aceptar, porque tenemos una idea de Jesús-Dios que pasó por la vida humana de manera ficticia y con el comodín de la divinidad en la chistera. Ese Jesús no tendría ni idea de lo que significa ser hombre, y por lo tanto no puede servirnos de modelo. Esta falsa idea nos ha hecho creer que lo que hizo Jesús es marcarnos el camino desde fuera.

Yo soy la puerta. No se refiere al elemento que gira para cerrar o abrir, sino al hueco por donde se accede a un recinto. El pastor que cuidaba las ovejas era la única puerta. Por eso dice que es la puerta de las ovejas, no del redil. Todos los que han venido antes, son ladrones y bandidos, no han dado libertad/vida a las ovejas. Son tres los productos interesantes de las ovejas: leche, lana y carne. Los malos pastores buscan solo aprovecharse de esos productos. A las ovejas no pueden interesarles esos pastores que no les ayudan a desplegar su propio ser.

Entrar por la puerta que es Jesús, es lo mismo que «acercarse a él», «darle nuestra adhesión», esto lleva consigo asemejarse a él, ir como él a la búsqueda del bien del hombre. Él da la Vida definitiva, y el que posee esa Vida quedará a salvo de la explotación. Él es la alternativa al orden injusto. En Jesús, el hombre puede alcanzar la plena salvación. «Podrá entrar y salir», es decir, tendrá libertad de movimiento. «Encontrará pastos», dice lo mismo que “no pasará hambre, no pasará sed”. Se identifica el pasto con el pan de vida que es él mismo. La Ley sustituida por el amor.

Yo he venido para que tengan Vida y les rebose. Los dirigentes despojan a la gente del pueblo de lo que es suyo, sino que sacrifica a las ovejas, es decir, les quita la vida. La misión de Jesús es exactamente la contraria: les da Vida y las restituye en su verdadero ser. Los jerarcas les arruinan la vida biológica, manipulándolas y poniéndolas a su servicio. Jesús les da la verdadera Vida y con ella la biológica cobra pleno sentido. Jesús no busca su provecho ni el de Dios. Su único interés está en que cada oveja alcance su propia plenitud, desarrolle esa Vida aquí y ahora.

Es muy importante el versículo siguiente, que no hemos leído, para entender el significado del párrafo. “El pastor modelo se entrega él mismo por las ovejas”. El griego dice: «el modelo de pastor» (ho poimên ho kalos). La expresión denota excelencia (el vino en Jn 2,10). Sería el pastor por excelencia. «kalos» significa: bello, ideal, modelo de perfección, único en su género. No se trata solo de resaltar el carácter de bondad y de dulzura. En griego hay una palabra (agathos), que significa “bueno”; pero no es la que aquí se emplea. Jesús es el único pastor.

Se entrega él mismo. Entrega su vida. En griego hay tres palabras para designar vida: zoê, bios y psukhê; pero no significan lo mismo. El evangelio dice psykhên = vida sicológica, no biológica. Se trata de poner a disposición de los demás lo que uno es como ser humano, mientras vive entregándose al servicio de todos, no muriendo por ellos. El pastor modelo pone su vida al servicio de las ovejas para que vivan su misma vida sin limitación alguna. Al hacer esto, pone en evidencia la clase de Vida que posee y pretende que los que le siguen desplieguen esa misma Vida.