¿Quién sigue a este Papa?


GABRIEL Mª OTALORA  Eclesalia, 19 de Junio de 2014

Pero la pregunta sigue en pie: ¿quién sigue a este papa? Porque una cosa es aplaudir sus manifestaciones y su coherencia y otra bien diferente subirse a ese carro incómodo de la coherencia y denuncia profética que implica necesariamente cambios reales en nuestras actitudes y relaciones humanas. Parece como si quisiéramos que Francisco fuese capaz de cambiar las cosas y hasta las conductas humanas, pero de manera que no nos salpique mucho. Una especie de admiración, la nuestra, que se rinde a su capacidad de comunicador que nos transmite lo que Cristo quiere ahora de nosotros, pero deseando encarecidamente que sea él y solo él quien lleve a cabo la colosal tarea de lograr un mundo mejor. Lo que nos gustaría en realidad es que sea capaz de cambiar lo que haga falta pero sin que ello implique nuestra conversión e implicación real en dicha tarea.

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PLANTO EGINIK – ESTANCADOS (Corpus). José A Pagola

PLANTO EGINIK Juan 6, 51-58

Frantzisko aita santua errepikatu eta errepikatu ari da, beldurra, duda-muda, ausardia-falta… eragozpen gerta daitezkeela gaurko egungo Elizak beharrezkoa duen berrikuntza eragiteko. «Ebanjelioaren poza» delako bere Erreguan hau esatera iritsi da: beldurrak jota geratzen bagara, «Elizak agor eta antzu nola planto egiten duen begira» gelditzeko arriskua bizi dukegula.

Hitz horiek zer pentsa ematen dute. Zer hauteman dezakegu geure artean? Mugitzen al gara geure kristau-elkarteetan fedea biziberritu dadin ala Frantziskok aipatzen duen «agor eta antzu planto egite» horri begira gelditurik jarraitzen dugu? Non aurki genezake indarrik erreakzionatzeko?

Kontzilioaren ekarpen handietako bat izan zen mezaren inguruan aldaketa hau eragitea: «meza» agindu sakratu bat betetzeko agindu indibidualtzat hartzeari utzi, eta elkarte osoaren ospakizun pozgarri bezala bizitzearen «eukaristiatzat» hartzea, fedea elikatzeko, anai-arreba artekotasunean haziz joan eta Kristoganako esperantza biziberritzeko.

Dudarik gabe, azken urte hauetan, urrats oso garrantzizkoak egin ditugu. Oso urrun gelditu dira latinez ospatutako meza haiek, zeinetan apaizak «esan» egiten baitzuen meza eta kristau-herriak «entzun» egiten baitzuen meza edota «egon» egiten baitzen ospakizunean. Baina ez ote dugu jarraitzen geure eukaristia ohikeriaz eta era aspergarrian ospatzen?

Hor dago ukaezineko gertaera bat. Jendea urrunduz doa, modu geldiezinean, igandekoa bizitzetik; hain juxtu, gure ospakizunetan aurkitzen ez duelako ez girorik, ez hitz argirik, ez erritu adierazlerik, ez onarpen kitzikatzailerik, bere fede ahul eta duda-mudazkoa elikatzeko behar duena.

Inondik ere, guztiok, artzain eta fededun, behar dugu galdera egin: zer ari gara egiten, eukaristia izan dadin, Kontzilioak nahi duen bezala, «kristau-elkartearen bizitza osoaren erdigune eta gailur?» Alabaina, aski ote da parrokien borondate ona edota bakar batzuen sormen bakana, eraberritzeko beste irizpiderik gabe?

Jaunaren Afaria gauza inportantegia da, «galtzen» jarrai dezan uzteko, nolatan «agor eta antzu planto egiten duen» begira geldituz. Ez ote da eukaristia kristau-bizitzaren erdigunea? Nolatan gelditu da hierarkia hain isil, hain mugigaitz? Nolatan ez dugu agertzen fededunok geure kezka eta geure mina indar handiagoz?

Larria da arazoa. «Planto eginik» jarraitu behar ote dugu eukaristia modu honetan ospatuz, gaur egungo gizon-emakumeak hain eskas erakartzen dituen modu honetan? Mendez mende errepikatzen ari garen liturgia-modu hau ote da hobekien laguntzen ahal diguna, Jesusen afari gogoangarri hura eguneratzeko, zeinetan biltzen baita era miresgarrian gure fedearen muina?

 

Cuerpo y Sangre de Cristo. Juan 6, 51-58
ESTANCADOS
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, lagogalilea@hotmail.com

ECLESALIA, 17/06/14.- El Papa Francisco está repitiendo que los miedos, las dudas, la falta de audacia… pueden impedir de raíz impulsar la renovación que necesita hoy la Iglesia. En su Exhortación “La alegría del Evangelio” llega a decir que, si quedamos paralizados por el miedo, una vez más podemos quedarnos simplemente en “espectadores de un estancamiento infecundo de la Iglesia”.

Sus palabras hacen pensar. ¿Qué podemos percibir entre nosotros? ¿Nos estamos movilizando para reavivar la fe de nuestras comunidades cristianas o seguimos instalados en ese “estancamiento infecundo” del que habla Francisco? ¿Dónde podemos encontrar fuerzas para reaccionar?

Una de las grandes aportaciones del Concilio fue impulsar el paso desde la “misa”, entendida como una obligación individual para cumplir un precepto sagrado, hacia la “eucaristía” vivida como celebración gozosa de toda la comunidad para alimentar su fe, crecer en fraternidad y reavivar su esperanza en Cristo.

Sin duda, a lo largo de estos años, hemos dado pasos muy importantes. Quedan muy lejos aquellas misas celebradas en latín en las que el sacerdote “decía” la misa y el pueblo cristiano venía a “oír” la misa o “asistir” a la celebración. Pero, ¿no estamos celebrando la eucaristía de manera rutinaria y aburrida?

Hay un hecho innegable. La gente se está alejando de manera imparable de la práctica dominical porque no encuentra en nuestras celebraciones el clima, la palabra clara, el rito expresivo, la acogida estimulante que necesita para alimentar su fe débil y vacilante.

Sin duda, todos, pastores y creyentes, nos hemos de preguntar qué estamos haciendo para que la eucaristía sea, como quiere el Concilio, “centro y cumbre de toda la vida de la comunidad cristiana”. Pero, ¿basta la buena voluntad de las parroquias o la creatividad aislada de algunos, sin más criterios de renovación?

La Cena del Señor es demasiado importante para que dejemos que se siga “perdiendo”, como “espectadores de un estancamiento infecundo”. ¿No es la eucaristía el centro de la vida cristiana? ¿Cómo permanece tan callada e inmóvil la jerarquía? ¿Por qué los creyentes no manifestamos nuestra preocupación y nuestro dolor con más fuerza?

El problema es grave. ¿Hemos de seguir “estancados” en un modo de celebración eucarística, tan poco atractivo para los hombres y mujeres de hoy? ¿Es esta liturgia que venimos repitiendo desde hace siglos la que mejor puede ayudarnos a actualizar aquella cena memorable de Jesús donde se concentra de modo admirable el núcleo de nuestra fe?

 

LA EUCARISTÍA, SACRAMENTO (SIGNO) INAGOTABLE. Fray Marcos

CORPUS  (A)

(Dt 8,2-3.14-16) para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino de…

(1 cor 10,16-17) El pan que partimos, ¿no nos une en el cuerpo de Cristo?

(Jn 6,51-59) El que come de este pan vivirá para siempre.

La eucaristía, sacramento (signo) inagotable. Reducirlo a la comunión o a la adoración del pan consagrado es devaluarlo absolutamente.

La eucaristía es una realidad muy profunda y compleja que forma parte de la más antigua tradición. Tal vez sea la realidad cristiana más compleja y difícil de comprender y de explicar. Podíamos considerarla como Acción de gracias (eucaristía), Sacrificio, Presencia, Recuerdo (anamnesis), alimento, fiesta, unidad.

Tiene tantos aspectos que es imposible abarcarlos todos en una homilía. Podemos quedarnos en la superficialidad del rito y perder así su verdadera riqueza. Lo que vamos a hacer es intentar  superar muchas visiones raquíticas o erróneas sobre este sacramento.

1º.- La eucaristía no es magia. Claro que ningún cristiano aceptaría que al celebrar una eucaristía estamos haciendo magia. Pero si leemos la definición de magia de cualquier diccionario descubriremos que le viene  como anillo al dedo a lo que la inmensa mayoría de los cristianos pensamos de la eucaristía: Una persona revestida con ropajes especiales e investida de poderes divinos, realizando unos gestos y pronunciando unas palabras “mágicas”, obliga a Dios a producir un cambio sustancial en una realidad material como es el pan y el vino. Cuando se piensa y se dice que en la consagración se produce un milagro, estamos hablando de magia.

2º.- No debemos confundir la eucaristía con la comunión. La comunión es solo la última parte del rito y tiene que estar siempre referida a la celebración de una eucaristía. Tanto la eucaristía sin comunión como la comunión sin referencia a la eucaristía dejan al sacramento incompleto. Ir a misa y dejar de comulgar es sencillamente un absurdo. Ir a misa con el único fin de comulgar, sin ninguna referencia a lo que significa el sacramento sino buscando una religiosidad intimista, es un autoengaño. Esta distinción entre eucaristía y comunión explica la diferencia de lenguaje entre los sinópticos en la cena y Jn en el discurso del pan de vida que hemos leído. Jn  hace referencia al alimento pero, fíjate bien, alimentarse lo identifica con el que cree en mí, el que viene a mí.

3º.- En las palabras de la consagración, “cuerpo” no significa cuerpo; “sangre” no significa sangre. No se trata del sacramento de la carne y de la sangre físicas de Cristo. En la antropología judía el hombre es una unidad indivisible, pero podemos descubrir en él cuatro aspectos: Hombre-carne, hombre-cuerpo, hombre-alma, hombre-espíritu. Hombre-cuerpo era el ser humano en cuanto sujeto de relaciones. Cuando Jesús dice: “esto es mi cuerpo”, está diciendo: esto soy yo, esto es mi persona, estoy aquí para dejarme comer. Para los judíos la sangre era la vida. No era símbolo de la vida, como lo es para nosotros. No, era la vida misma. Cuando Jesús dice: “esto es mi sangre, que se derrama”, está diciendo que toda su vida, no solo su muerte, está entregada a los demás.

4º.- La eucaristía no la celebra el sacerdote, sino la comunidad. El cura puede decir misa. Solo la comunidad puede hacer presente el don de sí mismo que Jesús significó en la última cena y que es lo que significa el sacramento. Es el sacramento del amor. No puede haber signo de amor en ausencia del otro. Por eso dice Mt: “donde dos o más estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. El clericalismo que otorga a los sacerdotes un poder divino para hacer un milagro, no tiene ningún apoyo en la Escritura.

5º.- La comunión no es un premio para los buenos “que están en gracia”, sino un remedio para los desgraciados que necesitamos descubrir el amor gratuito de Dios. Solo si me siento pecador estoy necesitado de celebrar el sacramento. Cuando más necesitamos el signo del amor de Dios es cuando nos sentimos separados de Él. Hemos llegado al absurdo de dejar de comulgar cuando más lo necesitábamos.

6º.- La realidad significada en el pan y el vino no es Jesús en sí mismo, sino Jesús como don. El don de sí mismo que ha manifestado durante toda su vida y que le ha llevado a su plenitud, identificándole con el Padre. Ése es el verdadero significado que yo tengo que hacer mío. Queda claro que la eucaristía no es un producto más de consumo que me proporciona seguridades a cambio de nada. Podemos oír misa sin que eso nos obligue a nada, pero no se puede celebrar la eucaristía impunemente. No se puede salir de misa lo mismo que se entró, es decir, como si no hubiera pasado nada. Si la celebración no cambia mi vida en nada, es que la he reducido a simple rito folclórico.

7º.-Haced esto, no se refiere a que perpetuemos un acto de culto. Jesús no dio importancia al culto. Jesús quiso decir que recordáramos el significado de lo que acababa de hacer. Esto soy yo que me parto y me reparto, que me dejo comer. Haced también vosotros esto. Entregad la propia vida a los demás como he hecho yo.

8ª.- Los signos de la eucaristía no son el pan y el vino sino el pan partido y el vino derramado. Durante siglos se llamó a la eucaristía “la fracción del pan”. No se trata del pan como cosa, sino del gesto de partir y comer. Al partirse y dejarse comer Jesús está haciendo presente a Dios, porque Dios es don infinito, entrega total a todos y siempre. Esto tenéis que ser vosotros. Si queréis ser cristianos tenéis que partiros, repartiros, dejaros comer, triturar, asimilar, desapare­cer en beneficio de los demás. Una comunión sin este compromi­so es una farsa, un garabato, como todo signo que no signifique nada.

Todavía es más tajante el signo del vino. Cuando Jesús dice: esto es mi sangre, está diciendo esto es mi vida que se está derramando, consumiendo, en beneficio de todos. Eso que los judíos tenían por la cosa más horrorosa, apropiarse de la vida (la sangre) de otro, eso es lo que pretende Jesús. Tenéis que hacer vuestra mi propia vida. Tenéis que vivir la misma vida que yo vivo. Nuestra vida sólo será cristiana si se derrama, si se consume, en beneficio de los demás.

Celebrar la Eucaristía es confesar que ser cristiano es ser para los demás. Todas las estructu­ras que están basadas en el interés personal o de grupo no son cristianas. Una celebración de la Eucaristía compatible con nuestros egoísmos, con nuestro desprecio por los demás, con nuestros odios y rivalidades, con nuestros complejos de superioridad, sean personales o grupales, no tiene nada que ver con lo que Jesús quiso expresar en la última cena. Celebrar la eucaristía es comprometerse a ser fermento de unidad, de amor, de paz.

La eucaristía es un sacramento. Y los sacramentos ni son milagros ni son magia. El concilio de Trento dice: “Es común a la santísima Eucaristía con los demás Sacramentos ser símbolo o significación de una cosa sagrada”. Se produce un sacramento cuando el signo (una realidad que entra por los sentidos) está conectado con una realidad trascendente que no podemos ver ni oír ni tocar. Esa realidad significada es lo que nos debe interesar. La hacemos presente por medio del signo. No se puede hacer presente de otra manera. Pero las realidades trascendentes ni se crean ni se destruyen; ni se traen ni se llevan; ni se ponen ni se quitan. Están siempre ahí. Son inmutables y eternas.

La eucaristía concentra todo el mensaje de Jesús. El ser humano no tiene que liberar o salvar su «ego» a partir de ejercicios de piedad sino liberarse del «ego» que es precisamente lo contrario. Solo cuando hayamos descubierto nuestro verdadero ser descubriremos la falsedad de nuestro yo individual y egoísta que se cree independiente del resto de la creación. Estamos hablando del sacramento del amor, del sacramento de la unidad. Si la celebración de la eucaristía no nos lleva a esa unidad, es falsa.

 

 

 

 

Meditación-contemplación

 

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.

No se trata sólo de comer, sino de asimilar lo comido.

Si como sin asimilar, se producirá indigestión.

Si comulgo y no me identifico con lo que ES Cristo, me engaño.

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Si no llego a lo significado, no hay sacramento que valga.

Si me quedo en el signo, no hay contenido espiritual.

Realizado el signo, que entra por los sentidos,

queda por hacer lo importante: descubrir y vivir lo significado.

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Jesús dijo con toda claridad: “El que viene a mí, no pasará hambre,

el que me presta su adhesión nunca pasará sed”.

La verdadera comunión no está en el signo

sino en vivir la unidad con Dios y con los demás, como hizo él.

……………..

 

El Foro de Curas de Madrid, contra las «primas escandalosas» de La Roja

7 de Junio de 2014

Se está diciendo en estos días que cada integrante de «La Roja» va a cobrar 720.000 € si ganan el mundial de fútbol. De cuantas selecciones concurren a este campeonato es con creces la mejor pagada, superando en más de la mitad a la segunda, la brasileña (330.000) o a la misma alemana (300.000) (cfr. El País 6/6/2014). ¿Somos el país más rico del mundo? ¿No estamos en crisis? En este caso concreto de las primas escandalosas, repudiamos esta conducta y la condenamos como agravio comparativo con tantos otros españoles y españolas que también hacen la «marca España» desde la honestidad de su profesión; y, sobre todo, como un insulto a la gente de nuestros barrios que se las ven y se las desean para llegar a fin de mes desde la falta de trabajo, los engaños de las preferentes y los desahucios, el colegio y la alimentación de los niños (tenemos el triste honor de ser el país más desigual en la UE y el segundo en pobreza infantil), desde los inmigrantes tirados en nuestras calles, encerrados en los CIE o rechazados con violencia en nuestras fronteras.

 

Dos activistas de Femen se encadenan al crucifijo del altar de La Almudena

13 de junio de 2014

Dos activistas de Femen se han encadenado a un crucifijo en el altar de la catedral de la Almudena, en Madrid, para reivindicar el derecho al aborto libre de las mujeres. Las dos activistas han sido detenidas por efectivos de la Policía Nacional acusadas de un delito contra los sentimientos religiosos, recogido en el Código Penal. Con el lema «libertad para abortar» pintado con tinta negra en su cuerpo,cuyo torso han mostrado desnudo, las dos mujeres, ataviadas con una falda negra y una corona, se han dirigido al altar y se han encadenado al crucifijo mientras gritaban «el aborto es sagrado» y «aborto ilegal tomemos el altar».

 

El Consejo de Ministros elimina el privilegio de las inmatriculaciones a la Iglesia

13 de Junio de 2014

(Jesús Bastante).- Se acaban los privilegios de la Iglesia en materia hipotecaria y de propiedad. Aunque con trampa. El Consejo de Ministros ha aprobado este mediodía un Proyecto de Ley, que remitirá al Congreso, para reformar la Ley Hipotecaria y, con ello, hacer desaparecer el sistema de inmatriculación por certificación para la Iglesia. Detrás de la medida, no obstante, se esconde una realidad: entre 1998 y 2014 la Iglesia católica española ha procedido a la inmatriculación de la práctica totalidad de templos, catedrales y monumentos de consideración eclesiástica, desde la Mezquita-Catedral de Córdoba a parroquias de todo el Estado español, pasando por cementerios y campos. La norma posibilita que, a partir de ahora, cualquier conflicto relativo a inmatriculaciones sea desfavorable para la Iglesia frente a otros colectivos, aunque en la práctica será muy difícil que se haya «escapado» del registro alguna propiedad. La norma, pues, se elimina cuando ya no queda nada que no haya sido inmatriculado en virtud de la legislación que será modificada.

 

El cardenal Rouco y monseñor Rico Pavés llamados a testificar sobre El Yunque

14 de Junio de 2014

El arzobispo conocía las actividades de la secta secreta

El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y el obispo auxiliar de Getafe, José Rico Pavés han sido citados a testificar en una causa judicial que dirime los vínculos entre la secta secreta de extrema derecha El Yunque y la plataforma Hazte Oír, dirigida por Ignacio Arsuaga.  El informe denuncia la infiltración de El Yunque en diversas asociaciones e instituciones, desde el Papa a la Iglesia, pasando por Intereconomía o la plataforma Hazte Oír.

 

Histórica oración por la paz de Francisco, Bartolomé I, Peres y Abbas en el Vaticano

13 de Junio de 2014

Inédita, emocionante, histórica y profética. Estos cuatro adjetivos definen la jornada que se vivió el domingo 8 de junio en el Vaticano. Inédita, porque nunca antes, en su milenaria historia, la Ciudad del Vaticano había visto rezar juntos a judíos, cristianos y musulmanes por la paz en el mundo. Emocionante, porque el sentimiento que embargaba a sus protagonistas –el papa Francisco; los presidentes de Israel y de Palestina, Simon Peres y Mahmoud Abbas; y el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I– se transmitió a todos los presentes. Histórica, porque abre sin duda un nuevo camino a israelíes y palestinos para buscar la paz en Tierra Santa. Y profética, porque, releyendo las lecciones del pasado, marca las líneas de un futuro que aún no se ha hecho presente.



Jaque mate al celibato obligatorio

Juan José Tamayo, Atrio 12 de Junio de 2014

“Es, pues, necesario, que el obispo sea intachable, fiel a su esposa (otras traducciones: “hombre de una sola mujer) sobrio, modesto, cortés, hospitalario, buen maestro, no bebedor ni pendenciero, sino amable, pacífico, desinteresado, ha de regir su familia con acierto, hacerse obedecer por sus hijos con dignidad; pues si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo se va a ocupar de la Iglesia de Dios?”

Este texto no es de ningún movimiento cristiano progresista actual que reivindique la supresión del celibato de los sacerdotes. Pertenece a la Primera Carta a Timoteo -del Nuevo Testamento-, escrita quizá a finales del siglo I, época en la que la mayoría de los obispos y sacerdotes estaban casados. Leer más

Todos somos sacerdotes

 

Fe Adulta  12 de Junio de 2014

Es bueno cuestionar ciertos procedimientos eclesiásticos que no encajan ni de lejos con la praxis y enseñanza de Jesús ni tampoco con la manera de ser y obrar de la Iglesia primitiva. El tema de la excomunión aplicada y comentada estos días a personas cristianas, no hay por dónde reconocerlo confrontado con el Evangelio y el vivir de los cristianos del comienzo… Leer más