Medios de desinformación masiva

Editorial de Redes Cristianas

“Lo malo que tiene esta edad de oro de la comunicación es que no hay forma de saber lo que realmente está pasando” dice una viñeta de El Roto. Y José Luis Sampedro, con la lucidez y sabiduría que le caracterizaba lo confirma: “En nuestra sociedad hay libertad de expresión: podemos decir lo que pensamos; pero no hay libertad de pensamiento: nos faltan muchos datos para conocer lo que realmente está pasando…: nos faltan muchos datos para conocer lo que realmente está pasando y, en consecuencia, nos resulta difícil formarnos un pensamiento propio”.

Los medios de comunicación crean opinión pública que se manifiesta luego cada vez que elegimos a nuestros gobernantes. Son canales básicos para adquirir los datos que conforman nuestro pensamiento. ¿Quiénes son los que deciden los datos que estos medios de comunicación transmiten- ocultan – interpretan- manipulan? ¿A qué intereses está sirviendo la opinión pública que difunden? Preguntas que conviene hacerse si queremos evaluar la calidad de nuestra democracia y caminar por la vida con la dignidad de ciudadanos.

En este comienzo del siglo XXI asistimos a una creciente deriva totalitaria que pretende consolidar la instalación de una dictadura financiera. Y el triunfo de todo sistema totalitario consiste en dominar las conciencias de los sometidos; lo que la pedagogía de Paulo Freire llama “introyectar al opresor”. Conseguir que los ciudadanos perciban la realidad, valoren y piensen sobre ella según los intereses y los criterios del grupo dominante. Y los avances tecnológicos permiten una influencia, incomparablemente mayor que en el pasado, sobre prácticamente todas las conciencias que habitan hoy el planeta, por lo que la difusión global de un “pensamiento único” está prácticamente asegurada.

Algunas noticias preocupantes: El gran salto cualitativo de los últimos años es la supeditación de los periódicos, ahogados por la situación financiera que atraviesan, al poder financiero. El Gobierno y el núcleo duro de las empresas del Ibex siempre han sido anunciantes clave para los grupos privados de comunicación, pero ahora han pasado a ser prácticamente la única publicidad asegurada. De esta manera los grandes holdings de la información están controlados por el sector bancario, multinacionales y constructores (muchos de ellos involucrados en tramas de corrupción).

El ejemplo del periódico “El País” es paradigmático: En una década (2004-2014), ha pasado de unas ventas medias de 469.000 ejemplares a 259.000. La cifra de negocios de la empresa editora pasó de 410 millones de euros a 176 entre 2007 y 2013; con una facturación publicitaria que cayó en el mismo periodo de 217 millones a 78. Esto ha supuesto el cambio del accionariado, ya que muchos de sus acreedores del sector bancario pasaron a ser socios del grupo. En 2015 en su accionariado estaban presentes, entre otros grupos financieros, los siguientes: Daiwa Securities, BNP Paribas, Bank of America, Deutsche Bank, Caixabank, Banco Santander y HSBC, contando con mayoría en su consejo de administración.   Leer mas…