Herrieliza

Banca y ética no están reñidas

Otro concepto de economía sí es posible y, aunque su desarrollo es incipiente, ha logrado aprovecharse de los últimos escándalos internacionales del sector

  [Códes Morrás – Lasprovincias.es] La historia comienza cuando un ahorrador común lleva su nómina, la herencia de la abuelita o los euros obtenidos al empeñar las joyas de su ex pareja a una entidad financiera. ¿Por qué lo hace? Para que ese dinerito crezca robusto y ponerle un punto final a la aventura. Pero entre el planteamiento y el desenlace ya adelantado, ¿qué hacen estas entidades y cómo para que ese dinero crezca?
FOTO: Peru Sasia, director general de la Fundación Inversión y Ahorro Responsable (Fiare), uno de las firmas más conocidas de la llamada banca ética, aguarda ante la sede de la compañía. :: MITXEL ATRIO.

Jesús Lizcano Álvarez, catedrático de Economía Financiera y presidente de Transparencia Internacional en España, da su visión. «El ciudadano medio no tiene porqué ser experto en economía o finanzas; por tanto, desconfía de sus conocimientos y prefiere creer en los consejos de su banco. Sería labor de su entidad explicarle con detalle las condiciones que ofrece, comparándolas con otras entidades y demostrándole que son las mejores. Se necesita mayor nivel de información y transparencia por parte de los bancos para con los ciudadanos y en las vinculaciones entre agentes, analistas e instituciones financieras».

«Es un problema de oferta y demanda -recalca Jaime Silos, director de desarrollo corporativo de Forética-. La demanda (el ciudadano) no tiene cultura financiera y sólo invierte en cosas que entiende (una casa, un depósito bancario, letras del tesoro.)». «En la oferta -continúa-, las posibilidades de inversión son, empero, infinitas. Tenemos un sector bancario hipercompetitivo en cuanto a hipotecas y depósitos pero no en el resto de productos, porque en España hay una estructura de sucursales que se financian con comisiones obtenidas a través de productos bancarios, y los que más las generan son los de marca propia».

Una alternativa viable

Con una taza de café de producción ecológica, Esteban Barroso, director de Triodos Bank en España, nos da su versión. «Nosotros siempre hablamos de la 4ª pregunta: tú vas al banco y preguntas por seguridad (ratio de solvencia, liquidez, calidad de los activos, crecimiento), por la rentabilidad y por la liquidez. Yo tengo otra pregunta: ¿qué hace usted con mi dinero? Y cada vez hay más gente que empieza a hacérsela más allá de la crisis».

Pero, hablar de banca y ética: ¿es un contrasentido? No. Es una realidad socioeconómica poco conocida en nuestro país, aunque buscando información en la red sobre la banca ética aparecen palabras como 'sostenible, responsable, participativa, transparente, integradora, fomento de la justicia o transformación social'.

Triodos Bank es uno de esos bancos éticos, una entidad financiera holandesa con sede en España desde 2004, cuya propuesta es transformar la sociedad desde el sistema financiero. Pero no sólo donando dinero, sino también con los recursos procedentes del ahorro y la inversión, y con nuestro propio consumo. «Cada institución financiera -precisa Esteban Barroso- tiene una política de inversión y puedes financiar con ese dinero a una organización que trabaja en el ámbito de la cooperación al desarrollo, energías renovables, agricultura ecológica o en la lucha por determinados derechos».

En estos ámbitos, así como en arte y cultura, bioconstrucción o integración social es donde Triodos Bank invierte con el fin de 'mejorar la vida de la gente'. Su director en España plantea de forma sencilla una lección de economía básica: «¿por qué le pedimos a un banco un 7% de interés cuando sabemos que los tipos están al 1%? Dices: no puede ser, me dan más de lo que pago. Pero después comentas: 'ellos sabrán; será por algo que a mi se me escapa'. Esto es como si vas a un huerto con tres árboles y el agricultor saca 400 cestas llenas diciendo que son de ahí. Hay una discapacidad que también hay que tener en consideración, como diría mi mujer: la discapacidad moral».

No obstante, sobre este asunto Jaime Silos considera que hay tantas éticas como personas y que, por tanto, no existe un modelo de banca ética per se. Pero, ¿es posible poner a todo el mundo de acuerdo?

En la sede central de Fiare en Bilbao no hay una hilera de secretarias y recepcionistas, ni tampoco publicidad de productos. Allí Peru Sasía, director de proyectos, nos habla de economía solidaria, de intermediación financiera al servicio de la justicia social, de préstamos a proyectos de regeneración social.

Fiare actúa como agente de Banca Poppolare Ética hasta que en 2011 se convierta en una cooperativa de crédito que hará banca ética de forma autónoma. Nos explica Sasía que no quieren clientes que dejen sus ahorros en depósitos o libretas, sino personas y organizaciones que se comprometan con la construcción de su proyecto, por lo que firman -literalmente- un compromiso moral. El ahorrador decide a qué sector quiere destinar su dinero y después se le facilita información de los préstamos concedidos. «Fiare no es un proyecto con inversores sino un proceso de articulación social iniciado con 52 asociaciones, que procede a su vez de los mismos lugares sociales: lucha contra la exclusión en el norte, lucha contra la exclusión en el sur, agroecología y transformación de valores», resume.

Sus integrantes persiguen otra forma de hacer economía, comenzando por reconocer que hay muchos excluidos por cómo es el actual sistema: «la banca ética es el producto de analizar éticamente la banca, valga la redundancia». Peru Sasía se pregunta aquí cuál es el bien social de especular -«nosotros consideramos que no hay ninguno más que conectar ahorro con préstamo», apunta-, cuál el de tener salarios abusivos, cuál el de la falta de transparencia, cuál el de los paraísos fiscales, cuál es el de apoyar la industria armamentística. «Y llegas a conclusiones que son las que debe aplicar la banca ética», resume con firmeza.

Sin embargo, el director de proyectos de Fiare también es transparente al hablar de tesorería. «De los 18 millones de euros en ahorro que tenemos, 13 están prestados y los otros 5 van a reservas que la normativa bancaria obliga a tener. Estas son un problema en banca ética -explica-, porque no sabes qué hacer con ello, no podemos especular ni invertir en casi ningún valor en bolsa».

Crisis y ética personal

Desde Forética apuntan que la responsabilidad de la crisis económico-financiera está muy diluida: los clientes hemos consumido en exceso en el mercado inmobiliario, las entidades han concedido financiación para que así fuera, los bancos centrales han tenido los tipos de interés muy bajos durante mucho tiempo. «Ha habido un sistema demasiado permisivo en muchas facetas del funcionamiento de los mercados y productos financieros, así como falta de control en operaciones con los paraísos fiscales, la ingeniería financiera, etcétera. Ahora los gobiernos, la UE, el G-20 y demás van tomando medidas, que es de esperar den lugar a un mejor funcionamiento del sistema financiero y a una mayor protección de los ahorros e inversiones de los ciudadanos», dice Lizcano.

Crisis, Madoff, Lehman Brothers, prejubilaciones millonarias… ¿Algo de esto nos ha hecho reflexionar? Los analistas nos lo aclaran. «Estudiamos cómo impacta la ética en los mercados o tendencias de consumo responsable -explica Silos-. Podemos ser socialmente muy responsables consumiendo un producto y muy irresponsables consumiendo otros. Ante la pregunta '¿qué es para ti una buena empresa?' un 23% de los ciudadanos valoran la responsabilidad social de las empresas cuando antes era un 29%. Las prioridades de consumo responsable han bajado con la crisis».

Mientras, en la prensa económica encontramos cada vez más estas siglas: RSC. «El tema de la Responsabilidad Social Corporativa o empresarial -explica Lizcano- se está desarrollando cada vez más. Creo que hay una parte de convencimiento y compromiso social, pero también empresas que lo hacen por imagen y marketing, para no perder situación frente a sus competidoras. Hay un convencimiento de que es necesario reformar y mejorar los sistemas bancarios y se están creando organismos para dotarlos de mayores niveles de control y seguridad, pero también para intentar limitar las enormes cifras de retribuciones a directivos y consejeros o los sistemas de incentivos que inducen a políticas y conductas directivas poco éticas». En el fondo se trata de un asunto de transparencia y claridad en la gestión.

Pero ¿qué podemos hacer con nuestras inversiones? Jaime Silos nos muestra un portal de Internet de fondos de inversión en el que podemos elegir los filtros que aplican (negativos -armas de fuego, energía nuclear, juego, derechos laborales, pornografía, alcohol, test con animales.- y positivos -gestión responsable, promoción de desarrollo social y económico en comunidades locales-). Son fondos que invierten en empresas de alta capitalización en la Bolsa mundial, pero «en nuestra entidad los buenos se dejan para banca personal o 'premiere', aunque sea una restricción a la libre competencia -apostilla el director de de desarrollo corporativo de Forética-. Es un problema de información asimétrica. Existe, por ejemplo, el FTSE4 Good Ibex, un índice de empresas cotizadas que tienen criterios sociales, ambientales. pero las barreras cognitivas para acceder a este tema son inmensas».

Hemos vuelto así al inicio de nuestro relato, al problema de la falta de conocimientos. Pero, ¿todavía nos preguntamos si banca y ética caben en una misma frase?

Fuente: Las Provincias