Fallece de un infarto el sacerdote Jesús Lezáun, referente de la Iglesia progresista en Navarra

 

El sacerdote Jesús Lezáun, el pasado mes de junio.

El sacerdote Jesús Lezáun, el pasado mes de junio. (Foto: Patxi Cascante )

 

El sacerdote navarro Jesús Lezáun Petrina falleció ayer por la tarde de forma repentina cuando se encontraba en su habitación de la Residencia Sacerdotal del Buen Pastor de Pamplona, en la que residía desde hace cuatro años. Según indicó el director del centro, Agustín Elizalde, Lezáun, que había pasado una jornada absolutamente normal se retiró a su habitación sobre las ocho de la tarde. Al ver que no bajaba a cenar a las 20.30, como es habitual en la residencia, el director subió a su cuarto y lo encontró, ya fallecido, sentado en su butaca. "Todo apunta a que le dio un infarto fulminante, no tenía expresión de haber sufrido", añadió Elizalde, que no ocultó su pesar por la muerte.

Nacido en la localidad estellesa de Arizala en el año 1925, Jesús Lezáun era doctor en Teología y licenciado en Derecho Canónico. Estudió para sacerdote diocesano en el Seminario de Pamplona y se ordenó en Roma, el 19 de marzo de 1948, tras cursar los estudios superiores en la Universidad Pontificia de Roma. Regresó a Navarra y tras ejercer de párroco en algunas pequeñas localidades como Muez, fijó su residencia en Pamplona. En 1956 comenzó su carrera docente en el seminario de la capital navarra, del que fue rector en los años 1965-67. Jesús Lezáun ha sido uno de los referentes ético-religiosos más importantes de Navarra y de toda Euskal Herria. "Su trayectoria coincide con la del profeta Ezequiel, líder carismático, creyente, amigo del pueblo y crítico mordaz frente a la decadencia moral y arrogancia del poder", destacó el pasado junio Castor Olcoz en la presentación del libro que revela el pensamiento teológico de Lezáun (La afonía de Ezequiel), en cuya presentación estuvo presente el sacerdote de Arizala. Lezáun, que, tal y como destacaban ayer compañeros y amigos como Agustín Elizalde y Vicente San Martín, fue un hombre "que vivía la fe con pasión", era "un inconformista, crítico y vivía con mucha intensidad. Tuvo una voz profética", aseguró Elizalde. San Martín destacó su vitalidad, su sabiduría, cultura y su valentía a la hora de criticar lo que no consideraba justo, actitudes que le llevaron a enfrentarse con la jerarquía eclesiástica, en los últimos tiempos "cuando veía que se iba abandonando la línea del Concilio Vaticano II", y durante el franquismo, cuando fue destituido como rector por el entonces obispo Delgado Gómez por mostrarse contrario a la línea pro régimen.

Jesús Lezáun forma parte de la generación de religiosos navarros que rompieron con las estructuras políticas y religiosas del franquismo y sus continuadores, ofreciendo un nuevo compromiso cristiano. Su figura, por lo tanto, fue relegada y su voz silenciada en ocasiones. Lezáun también se alineó con los movimientos euskaltzales e hizo gala de un profundo amor por su tierra. Durante 40 años vivió, junto a los también sacerdotes Martín Azpíroz y Juan Apezetxea, en la Residencia de las Oblatas, y colaboró en las tareas de la capellanía de la residencia y en la parroquia de El Salvador (Rochapea de Pamplona), donde también coincidió con Patxi Larraintzar.

Se da la circunstancia de que hoy tenía previsto un encuentro familiar para despedir a uno de sus hermanos, escolapio destinado en Chile. Lezáun, una persona sensible y comprometida, tenía once hermanos, cuatro de ellos religiosos -él, diocesano, dos escolapios y una escolapia-.

Fuente: Diario de Noticias