Huelga de mujeres (también en la Iglesia)

Para el próximo día 8 de marzo están programadas manifestaciones y concentraciones en las que sus protagonistas son las mujeres, reivindicativas de derechos y deberes elementales e inaplazables. En esta ocasión, «la cosa va en serio» y, con unas u otras fórmulas las huelgas alcanzarán insospechados índices de efectividad y extensión.

Y es que las causas por las que las mujeres se echan a la calle, instigadas tanto por sus colectivos como por motivaciones personales,son muchas, incuestionables, consistentes y firmes. Diríase que improrrogables. No es posible esperar ya más. Los plazos «prudenciales» fueron superados con largueza y, mientras que a las buenas promesas no se les descubran proyectos, programas e iniciativas ya «en actitud de sempiterna salida», no hay mujer que se fíe de contribuir a la vergonzante prolongación del estatus en el que se encuentra en relación con el hombre-varón.

En la familia, en la política, en las relaciones laborales, empresariales, y sociales, y más en las «alturas» jerárquicas superiores, así como en las leyes, proyectos y aplicaciones, las diferencias en relación con la mujer, persisten de manera ciertamente humillante, ofensiva, absurda y perjudicial para los mismos hombres, para la sociedad y, por supuesto, para ellas mismas.   Leer mas…

Antonio Aradillas en Religión Digital, 7 de marzo de 2018