La comisión de delitos sexuales será paritaria tras la exigencia unánime de sus miembros

Mónica Ceberio

En la primera reunión los participantes han decidido pedir al ministro de Justicia que se reorganice la sección para lograr una composición equilibrada de hombres y mujeres. Catalá asegura que «hace suya la propuesta» 

La comisión de codificación formada por expertos penalistas a la que el ministro Rafael Catalá ha encomendado la tarea de estudiar una posible reforma de los delitos sexuales tras la discutida sentencia de La Manada no empezará a trabajar hasta que no se resuelva el primer problema: el de la composición del órgano y su falta de mujeres. La opinión mayoritaria en la primera reunión, celebrada hoy a las 11.30, ha sido que no podían echar a andar hasta solucionar esta cuestión, y de forma unánime han decidido pedir al ministro que la sección se reorganice para que tenga una composición equilibrada de hombres y mujeres. El ministerio de Justicia, en una nota de prensa, asegura que «el ministro hace suya la propuesta» y «va a proceder a completar la composición de este órgano asesor».

La sección penal de la comisión estaba formada por 20 vocales permanentes, todos ellos hombres. Su presidente, Esteban Mestre, anunció que iba a invitar a participar a seis mujeres catedráticas como vocales adjuntas –es decir, nombradas para esta ponencia en concreto-, pero le fue imposible cumplir su anuncio. Casi todas, una treintena en total, se negaron a incorporarse tras firmar dos cartas de protesta colectiva, una de ellas pidiendo la dimisión de todos sus compañeros varones para que se vuelva a conformar el órgano y este incorpore a mujeres como vocales permanentes. En medio de la polémica, solo dos accedieron a participar en la ponencia de delitos sexuales, la catedrática de la Universidad Carlos III de Madrid Carmen Lamarca y la de la Universidad San Pablo CEU Avelina Alonso, junto a la letrada de las Cortes Blanca Hernández y la presidenta de los abogados, Victoria Ortega –que es vocal nata en calidad de representante de los letrados-.

Hoy jueves se celebraba su primera sesión, a la que han acudido 13 hombres (del total de 19 convocados, porque uno de los 20 había dimitido esta semana) y las 4 mujeres incorporadas para la ponencia. Desde el principio ha surgido esta cuestión, y la necesidad de abordarla antes de empezar a trabajar, decisión que finalmente ha sido votada y asumida por unanimidad.     Leer más…

Mónica Ceberio en El País, 10 de mayo de 2018

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El porqué de la sentencia de ‘La Manada’: un fracaso político y judicial

El 7 de julio de 2016, cinco hombres de fuerte complexión penetraron anal, vaginal y oralmente en un portal de Pamplona a una joven de 18 años ante la pasividad y el sometimiento de esta que, según la sentencia, se sintió impresionada y sin capacidad de reacción. Dos años después, los cinco miembros de ‘La Manada’ han sido condenados a 9 años de prisión por un delito de abusos sexuales. Han quedado absueltos de violación.

«No estoy de acuerdo con esta sentencia ni como jurista ni como fiscal», afirma Susana Gisbert, fiscal portavoz de la Fiscalía Provincial de Valencia y Fiscal especialista de la Sección de Violencia sobre la Mujer. «Como tardaba tanto tiempo, algunos llegamos a temer que fuera absolutoria y, comparado con eso, nueve años no es cualquier cosa», prosigue. Aunque para ella no ha sido suficiente: «Espero que los recursos satisfagan a quienes intervinieron en el proceso».

La fiscal explica que el caso de ‘La Manada’ no es tratado como un caso de violencia de género porque la ley sólo considera así aquellos que se producen en el seno de la pareja o expareja. «Esto sería violencia machista», afirma. Una de las peticiones del Pacto de Estado contra la Violencia Machista que acordaron todos los partidos hace unos meses era tipificar este tipo de delitos —como el de Diana Quer— como violencia de género a nivel legislativo.

Esto significa que, en los casos de ‘La Manada’ o de Diana Quer, «los juzgados no tienen ninguna especialización en violencia de género». Cree que el hecho de tipificarlos así «es un paso importante y se quedó congelado. Si esto se considerase dentro de la violencia de género y se exigiera una formación y una especialización buenas, quizá las cosas cambiarían poco a poco».     Leer más…

Carlota E. Ramírez en Huffingtonpost, 29 de abril de 2018