El 8M de la Iglesia: las mujeres se rebelan contra el patriarcado eclesial

Jesús Bastante

Denuncian cada vez más fuerte el acoso, la brecha salarial y la actitud de ninguneo. Queremos ser tratadas como adultas, que se reconozca nuestra aportación.

Son más de la mitad de los fieles católicos en el mundo, y una abrumadora mayoría de los que asisten asiduamente a misa. Sin embargo, las mujeres continúan siendo ninguneadas por la estructura eclesial, que les cierra las puertas al sacerdocio y a los órganos de poder y las reduce a meras asistentas de los clérigos. Ante esta situación de invisibilidad y en un momento en el que el feminismo toma fuerza, las mujeres católicas también se plantan, exigen su lugar en la institución y denuncian los abusos de poder del patriarcado eclesial. El #MeToo también ha llegado a la Iglesia.

La situación de las mujeres en la Iglesia ya fue detallada por el diario del Vaticano, l’Osservatore Romano, que en marzo de este año desvelaba en un reportaje las condiciones de semiesclavitud en las que viven muchas religiosas, convertidas en sirvientas de obispos y cardenales. «Se levantan por la mañana a preparar el desayuno y se van a dormir después de servir la cena» cobrando poco o nada, explicaba el texto, que incluyo casos de mujeres con doctorados en teología y que, sin explicación, han recibido órdenes de realizar únicamente tareas domésticas.

Ya el pasado 8 de marzo, en una huelga y una movilización feminista sin precedentes, la Asociación de Teólogas Españolas emitió un comunicado en el que abogaba por «un discipulado de iguales» entre hombres y mujeres, denunciando la situación de «subordinación e inferioridad» fruto de una «cultura patriarcal» que tiene en la Iglesia católica uno de sus puntales

Así lo considera su presidenta, Silvia Martínez Cano, que subraya que «la Iglesia tiene una estructura que todavía no ha logrado democratizarse como proponía el Concilio Vaticano II». En su opinión, «se están dando pasos muy lentamente en algunas cuestiones, pero no en lo fundamental que es la estructura, que sigue siendo jerárquica y masculina».

«Es imposible el equilibrio entre hombres y mujeres con la actual estructura», denuncia la teóloga. Más allá del sacerdocio femenino, lo que postulan estas mujeres es el fomento «una estructura donde hombres y mujeres puedan trabajar de la misma manera, en plano de igualdad».

«Es muy difícil, porque las transformaciones en la Iglesia suelen venir desde la jerarquía, es muy difícil cambiar desde abajo.

Y el acceso de la mujer a la jerarquía es… ninguno», añade Martínez Cano. ¿Es la Iglesia machista? «Participa de la cultura. Vivimos una cultura patriarcal, y la Iglesia bebe de esas fuentes«, señala, apuntando a que «la Iglesia tiene una responsabilidad para hacer cambios en esa cultura, debería ser pionera en esto», como haría el propio Jesús de Nazaret, argumenta.

Huelga de templos vacíos

«El papel de las mujeres es fundamental», constata la presidenta de la asociación, que añade que «si las mujeres nos plantáramos, las iglesias estarían vacías, no se podría hacer nada». De hecho, cada vez son más las mujeres católicas que plantean una huelga de templos vacíos.

Si la mujer está postergada en la Iglesia, el colectivo de las religiosas es, sin lugar a dudas, el que más sufre esta desigualdad.     Leer más…

Jesús Bastante en Religión Digital, 18 de agosto de 2018