En la partida de Ana

Atrio

Esta mañana me ha producido un estremecimiento abrir Religión Digital y encontrarme con este escrito de Enrique Martínez Lozano. No sabía nada. Nos conocíamos de hace tiempo. Coincidíamos y divergíamos en nuestra búsqueda espiritual. Por Asun Poudereux conocí sus libros. Solo una vez nos encontramos. ATRIO publicó en 2013 un artículo suyo, con 39 comentarios de atrieros clásicos. Y últimamente nos dejó un comentario muy esclarecedor sobre sexualidad. Hoy me autorizado a publicar esto. Acompañémosle en este doloroso trance y acompañémonos mutuamente en el tramo de vida que aún nos toque vivir. AD.

Queridos amigos y amigas: Al enviar el boletín de esta semana, me  resultaba imposible hacerlo como si nada hubiera pasado. Permitidme, pues, por lo  compartido durante tantos años a través de estos envíos, un “desahogo” ante un hecho que me desgarra el corazón y pone mi vulnerabilidad en carne viva.

El día 15 de agosto, disfrutando de un paseo en bici, al atravesar por un paso adecuado con el semáforo en verde, Ana, mi esposa y cómplice compañera de vida, fue arrollada de manera violenta por un auto. Tras dieciséis horas de lucha por sobrevivir y de esfuerzos de los profesionales sanitarios por sacarla adelante, fallecía a las seis de la mañana del día 16. Tenía 57 años.

Os lo envío también, desde mi necesidad de responderos, a quienes me  habéis escrito algo. Con este compartir, quiero haceros llegar la gratitud más  profunda por vuestros correos y mensajes, hechos de cercanía y amor.  Perdonad que no pueda responderos personalmente, pero recibid desde aquí,  cada uno y cada una, mi abrazo más cordial y sostenido que nunca…Leer más… (Enrique Martínez Lozano)