El papel de la mujer en la Iglesia, más que una cuestión teológica es una cuestión de poder

Manuel Mandianes

 Además de desclericalizar y desmasculinizar la Iglesia, hace falta feminizarla. La Iglesia no puede ver la cuestión de la mujer como una imposición social sino como una exigencia del Evangelio.

Las instituciones civiles y políticas están dando altas responsabilidades a las mujeres y buscando la igualdad, en todo, con los hombres. La Iglesia parece no estar en la onda y seguir las tendencias en este campo pues les permiten algunas actuaciones en la iglesia tales como lectora, sacristana y otras parecidas, todas de menor responsabilidad. La Iglesia ha actuado según la filosofía y el pensamiento de cada época, sólo ahora si no abre las puertas a la mujer, estaría practicando un cierto antifeminismo. La interpretación de muchos de estos mitos desde el psicoanálisis y las filosofías feministas es que la mujer es «un garçon manqué» y el imperio del pene. El papel de la mujer en la Iglesia, más que una cuestión teológica es una cuestión de poder apoyada en una tradición que mantiene el dominio del hombre a todos los niveles. La Iglesia, hasta hoy, se guía por la ley de los hombres (Cfr. J. M. Auber, «L´exil féminin. Antiféminisme et christianisme»).   Leer más