De espaldas al pueblo y en latín, no es posible estar ni pertenecer a la Iglesia

Religión Digital

En todo diálogo, y más en el que se precia de religioso, las palabras ‘feas’, rechinan, ofenden, causan hedor y confunden

Del Espíritu Santo se ha hecho y se hace mal uso en la Iglesia, con desdichada y blasfema frecuencia. De modo muy particular cuando se le da por supuesta y activa su presencia en todos los nombramientos eclesiásticos

Crece el número de católicos o no, a quienes sorprende el hecho de que, por ejemplo, le esté vedado a la Iglesia firmar el “Protocolo de los Derechos Humanos”, por ser constitucionalmente negadora de ellos

De por sí y sempiternamente, los términos “Iglesia” y “diálogo” recorrerán los caminos de la integración humana y cristiana hacia la salvación tanto personal como colectiva. Sin diálogo no es posible la Iglesia. La Iglesia es DIÁLOGO. Su gracia y su enseñanza son y serán artículos de primera necesidad en su concepción y en su ejercicio. Y —tanto vertical como horizontalmente— hoy su condición de diálogo se expresa con acierto pontificio, ya generalizado, con la palabra sagrada de “sínodo”. La Iglesia es “sínodo”, y no otra cosa…Leer más…(Antonio Aradillas)