Cuando llega Navidad, se alegra lo indecible. Porque llega el Evangelio

José María Castillo

Desde hace algún tiempo, vengo notando un fenómeno, que se da en no pocas personas y que me hace la impresión que va en aumento. Se trata del creciente número de individuos (hombres o mujeres), que se alejaron (hace algunas décadas) de la religión y de la Iglesia, hasta detestar a obispos, curas y frailes sin piedad. Pero ahora resulta que, sin saber exactamente por qué, en esas personas «a-religiosas», está surgiendo – y va en aumento – una profunda y secreta admiración por el personaje y la significación de Jesús de Nazaret.

El problema, para algunas de estas personas, está en que la cristiandad ha fundido y confundido, de tal manera y hasta tal punto, a Jesús con la religión, que el rechazo de «lo religioso» está dificultando (más de lo que imaginamos) el encuentro con Jesús y la aceptación de su mensaje. Y es que quienes se hacen un lío con este asunto concreto, posiblemente nunca han caído en la cuenta de que a Jesús lo mató la religión. En definitiva, ¿por qué la religión no soportó el Evangelio? ¿Por qué los «hombres de la religión» se enfrentaron, odiaron y mataron a Jesús?  Leer más