Hoy, como ayer, lo que proclamamos es a Jesús de Nazaret en el mundo convulso que nos toca vivir. Jesús de Nazaret, ese a quien los gobernantes políticos, económicos y religiosos encontrasteis peligroso y subversivo, y por ello torturasteis hasta el asesinato más cruel; ése Jesús fue resucitado por el Padre Dios, y proclama hoy más fuerte que nunca que el Reino de Dios ya está inaugurado…
PROCLAMACIÓN EN UN MINUTO
Jesús de Nazaret, ese a quien los gobernantes políticos, económicos y religiosos encontrasteis peligroso y subversivo, y por ello torturasteis hasta el asesinato más cruel; ése Jesús fue resucitado por el Padre Dios, y proclama hoy más fuerte que nunca que el Reino de Dios ya está inaugurado. Que quienes viven cegados por este sistema de explotación, consumo y despilfarro pueden cambiar y ver una nueva luz de esperanza y sentido. Que quienes caminan por amor, aunque los golpes recibidos les obliguen a cojear, van a correr ligeros como gacelas. Que los presos y refugiados regresarán gozosos a su hogar, el que nunca dejaron de acariciar en su corazón libre. Que los pueblos enmudecidos y hasta desprovistos de su lengua por el imperio uniformizante están recuperando su voz. Que incluso quienes no quieren oír van a escuchar mensajes de liberación, justicia y fraternidad. Que hay buenas noticias para las víctimas de la apisonadora globalizadora, pues Dios irrumpe en la historia humana y socorre al pobre, al débil, a la viuda y al huérfano. Que la entrega por amor, desde los más cercanos hasta los que vienen de más lejos, tiene pleno sentido. Que otro mundo no sólo es posible, sino que es el verdadero proyecto que ya ha empezado a realizarse.
Si tu corazón sintoniza con algunas de estas palabras, te invitamos a compartir con nosotros. Somos sencillamente creyentes en Jesús de Nazaret, seguidores suyos hoy y aquí. Creemos y esperamos el Reino de Dios, desde una visión crítica y autocrítica del mundo actual. Constatamos una crisis profunda de la Iglesia, empeñada al parecer en la reconquista de una cristiandad sociológica al servicio de los poderes de este mundo. Asistimos a la grave crisis de la humanidad, desgarrada por la explotación de unos por otros, el hambre, el expolio y las guerras. Nos duele el agotamiento de la Tierra, nuestra casa, consumida y enferma. Y en este marco, la Buena Noticia de Jesús resuena con potencia inusitada.