ATRIO
Por fin se publicó la Constitución Apostólica Predicate Evangelium con la que el papa Francisco da directrices para la reforma de la curia. Ha sido uno de los propósitos de su pontificado y, aunque han pasado nueve años y parecía que nunca salía, al final la tenemos. Siendo sincera, conozco tan poco de la curia vaticana que al leer esta constitución no sé qué cosas cambian efectivamente. Por supuesto podría leer la anterior constitución y señalar los cambios, pero mejor dejar eso a los especialistas.
Sin embargo, a propósito de esa reforma, se pueden hacer algunos comentarios que ayuden a reflexionar sobre el servicio que ha de prestar la necesaria estructura de cualquier institución para garantizar su funcionamiento. Comencemos por el título: “Predicar el evangelio”. Es un título muy sugerente para marcar una intencionalidad: la estructura debe estar al servicio de lo esencial. En efecto, la razón de ser de la Iglesia no es ella misma, sino el ser sacramento del reino. Su tarea es anunciar la buena noticia, el amor de Dios por toda la humanidad. ¿Cómo hacerlo?… Leer más (Olga Consuelo Vélez Caro)